London Motorcycle Museum y parte de la historia de Triumph

Curiosamente las veces que he estado en Londres he visitado algunos de sus museos tecnológicos, como el Science Museum (Museo de la ciencia) o el de la RAF en Hendon, pero hasta ayer no había oído hablar de este pequeño museo privado en el que se recoge buena parte de la historia de las últimas motocicletas fabricadas en el Reino Unido. Comentan en el articulo de The Vintagent que este era un museo de esos pequeños en los que se apilan las motos unas sobre otras y casi no puedes apreciar lo que estás viendo. Pero por suerte el propietario, Bill Crosby, acaba de estrenar una nueva sala en la que esto no ocurre y se pueden ver algunas de sus interesantes piezas.

Entre esas piezas se puede encontrar una colección de Triumph que me parece que ni en la propia marca tienen. Gracias a que el Sr Crosby fue concesionario de Triumph entre los 1978 y 1983. Una época en la que la industria británica de las motos estaba luchando por salvarse de los ataques de las marcas japonesas. Lucha que todos sabemos que vencieron los japoneses, pero vamos a ver a través de una historia de los experimentos que hizo Triumph en esa época cómo se perdió la "armada británica"

En el London Motorcycle Museum podemos encontrar uno de los prototipos que fabricó Triumph bajo la marca de BSA con un motor que montaba un árbol de levas en cabeza. Para mandar este árbol de levas se recurrió a una simple correa dentada. Un sistema sencillo y relativamente fiable, pero que con la tecnología de la época se transformó en un quebradero de cabeza, ya que las irreparables fugas de aceite del motor lo hacían casi inviable. Y eso que los conductores de motos de la época estaban más que acostumbrados a las juntas rezumantes de aceite.

Pero el despropósito del diseño no acaba ahí, ya que al ser una moto de tres cilindros con un simple árbol de levas en cabeza, la bujía del cilindro central solo se podía sustituir si levantabas el citado árbol de levas. Y con la fiabilidad de la electrónica de esa época os podéis imaginar lo que duraba una de esas bujías. La solución habría pasado por montar un doble árbol de levas, cómo se montó un poco depués en las Triumph Trident o BSA Rocket3 pero no se le ocurrió a nadie en aquel momento. Mas que nada porque estaban envueltos en un sinfín de problemas económicos.

Problemas tan absurdos como que la maquinaria para mecanizar las culatas era alquilada, y cuando los propietarios de la marca fallaron en el pago, el propietario recuperó su maquinaria y la destruyó para que nadie pudiese aprovecharla. Ni siquiera cuando la reunión de marcas británicas Norton/Villiers/Triumph acabó en manos de los trabajadores bajo el nombre de Meriden Co-op pudo reflotar el negocio de la fabricación de motocicletas. El resultado final es que en el periodo de siete años en que las Triumph Trident estuvieron en el mercado solo vendieron 27.480, mientras que en el mismo periodo de tiempo se vendieron más de un cuarto de millón de Honda Goldwing.

Volviendo al tema del principio, me parece que para la próxima vez que vayamos a Londres habrá que apuntar como parte del viaje una visita a este interesante museo, además de volver a visitar a las momias del British Museum.

Vía | The Vintagent Más información | London Motorcycle Museum

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