La Yamaha Niken nos sorprendió a todos con su propuesta. Cuando pensamos que en Iwata no se atreverían a llevar al mercado una atípica moto de tres ruedas digna de un salón de exposiciones, van los japoneses y la lanzan al mercado demostrando que ellos también son capaces de hacer locuras.
De hecho la Niken es una moto loquísima a nivel estético y/o práctico, pero si te paras a pensarlo y tienes la suerte de ponerte a sus mandos verás que tiene más sentido del que parece. Porque sí, la Niken es una moto, se siente como una moto y es incluso más divertida y segura que una moto de dos ruedas.
Yamaha Niken: Misma diversión, más seguridad
El tiempo hace cambiar al mundo, y las motos no van a ser menos. Cuando el sector de la motocicleta quiere sacar músculo hay marcas que optan por exhibir demostraciones de fuerza bruta como la Kawasaki H2R sobrealimentada o la Honda RC213V-S derivada directamente de MotoGP; Yamaha ha optado por un camino muy distinto.
La firma de Iwata ha tomado otra vía haciendo de la innovación su estandarte y desde hace años lleva creando conceptos tan rompedores como el Motobot capaz de pilotar una Yamaha YZF-R1 de forma autónoma en circuito y enfrentarse a Valentino Rossi o el MOTOROiD, una moto autoestabilizada e inteligente que se mantiene en pie por sí misma.
El caso que hoy nos ocupa con la Yamaha Niken se inició en 2007 cuando la firma nipona presentó el que sería su primer prototipo utilizando la tecnología Leaning Multi Wheel (LMW, algo así como vehículo de varias ruedas con inclinación) en el prototipo Tesseract, una especie de moto con cuatro ruedas que podía tumbarse hacia ambos lados.
Posteriormente llegó en 2011 otro prototipo en este caso de tres ruedas pero con la misma tecnología aunque con diferentes esquemas de suspensión, la Yamaha 01GEN. Hubo que esperar hasta 2014 con la Yamaha Tricity 125 para ver por primera vez este sistema en una Yamaha de serie.
Cuatro años después, este 2018, la Yamaha Niken dio el salto de vehículo de exposición a modelo de serie en una demostración de fuerza y ahora, por fin, hemos podido probar a las dos espadas japonesas. Porque ni-ken significa precisamente eso en japonés: dos espadas.
Así son las dos espadas de la Yamaha Niken
Partiendo de la base de la Yamaha MT-09, la Yamaha Niken cambia prácticamente en todo. Lo más obvio es su tren delantero, compuesto por una doble horquilla sujeta por un paralelogramo oscilante y un brazo de Ackermann para que la rueda exterior gire algo más que la interior, mejorando la precisión del conjunto.
Ambas llantas son de 15 pulgadas, una medida que es el compromiso entre tamaño óptimo para mantener las sensaciones de moto, reducir las inercias del conjunto y al mismo tiempo dejando espacio suficiente para acomodar el sistema LMW en la parte superior. Un sistema que por cierto trabaja hasta una inclinación límite de 45 grados, aunque antes de eso los avisadores de las estriberas ya irán tocando el asfalto.
Nos ponemos a sus mandos y la sensación es la de estar tras el manillar de una moto de nieve, es... raro hasta que te acostumbras. El frontal es bajo pero muy ancho al mismo tiempo que queda alejado al final de un depósito de combustible de 18 litros hecho a mano con unas dimensiones prolongadas para retrasar la posición de conducción.
El manillar también ha sido retrasado pero se nota que la ergonomía cambia, porque al final todo ha sido ajustado en la Niken para su propósito. El cuerpo está ligeramente más atrás que en la MT-09 y la postura es más erguida, más cómoda, con un reparto de pesos con piloto que se queda en 50/50 entre ambos ejes, algo que se nota en marcha.
Arrancamos el motor tricilíndrico Crossplane con su característico gruñido ronco, engranamos primera y recorremos los primeros metros con algo de incertidumbre. A muy baja velocidad hay que tener ojo porque llevamos más peso en la zona delantera y la anchura es considerable, pero una vez que la Niken coge algo de velocidad la historia cambia completamente.
El sistema LMW actúa sin resistencia, a diferencia del sistema HTS hidráulico del Quadro Qooder de cuatro ruedas, por ejemplo. Dos ruedas, cuatro barras de horquilla y el movimiento es muy, muy similar al de una moto en cuanto a la ligereza en los cambios de dirección pero con la salvedad de que sí se nota una consistencia muy superior.
Tener dos ruedas en contacto con el suelo genera un extra de confianza que te anima a ir rápido gracias a la sensación de ir sobre raíles, lo que se traduce en arrastras con los avisadores más pronto que tarde. Pero no es lo único que cambia.
Hay que acostumbrarse al tacto en curva del sistema. El periodo de adaptación puede prolongarse en el tiempo pero cuando consigues romper los prejuicios de los que estamos acostumbrados a rodar sólo con dos ruedas te das cuenta de que la Niken es una moto realmente divertida.
Donde más se siente el doble tren delantero es en las frenadas. Su equipo de doble disco de 298 con pinzas de anclaje radial de cuatro pistones es poderoso, más aún cuando puedes dosificar la frenada hasta estar muy, muy dentro de la curva. Además la doble horquilla tiene un segundo efecto y es que la transferencia de pesos en frenada es mucho menos acusada, enfatizando la sensación de control. El freno trasero podría ser más útil, pero el ABS es demasiado intrusivo.
Una vez que ha llegado la hora de trazar, la Yamaha Niken tiene un tacto particular. Es excesivamente fácil caer en el error de acortar las curvas ciñéndonos demasiado al borde interior y esto se produce porque puedes entrar más rápido de lo que crees y porque las dos ruedas ayudan a cerrar el giro más de lo que ocurre en una moto convencional; digamos que te empujan hacia dentro.
Por lo tanto, para trazar por el sitio hay que dejar a la Niken correr como si entrases un poco colado o hacer el gesto de la inclinación de forma más pausada de lo que haríamos sobre dos ruedas. O bueno, ambas cosas a la vez.
Precisamente para ayudar a este nuevo carácter, la MT-09 ha mutado hasta convertirse en una Niken en el resto de su cuerpo. El chasis es un nuevo bastidor de fundición de aluminio asociado a un basculante también nuevo y 10 mm más largo que el de la versión Naked. Se parece, pero no es el mismo.
También se ha retocado profundamente el motor y aunque sigue siendo un tricilíndrico en línea con cigüeñal Crossplane de 847 cc, 115 CV y 88 Nm de par motor, su carácter ha cambiado por completo para ajustarse a sus nuevos propósitos.
En su corazón se mueve un cigüeñal un 18% más pesado, con volantes de inercia sobredimensionados, que confiere a la Niken un comportamiento menos nervioso que en la MT-09 y un mapeado específico de la electrónica. En marcha se nota que el motor sube de vueltas con más progresividad, sin estresar al piloto ni siquiera en el modo de conducción más directo. También se siente la mayor inercia del propulsor a la hora de frenar, con una retención menor que deja correr mejor a la Niken hacia las curvas.
Si por carreteras con buen firme la Niken se vuelve un juguete extremadamente divertido, su otra cara es la de un vehículo muy seguro cuando el asfalto está roto, mojado o en mal estado. El tercer punto de apoyo te permite la seguridad de saber que aunque una rueda pierda adherencia la otra estará ahí para sujetar la moto, repartiendo la estabilidad del conjunto bajo cualquier situación.
En el apartado de suspensiones también hay que decir que el comportamiento es un tanto distinto. En marcha sus reacciones son intachables, la estabilidad es perfecta a ritmo alto por carretera y sin flaneos de ningún tipo, pero pasando por baches pronunciados contar con tres elementos de suspensión parece que hace sentir más de lo normal los baches. No en cuanto a que sea una moto incómoda, sino a tener la sensación de ir sobre una cama elástica.
Y este es otro de los argumentos de venta de la Niken: la seguridad. Esta moto tiene su público objetivo en los motoristas que buscan una distinción estética, apasionados por las nuevas tecnologías o que buscan nuevas sensaciones, pero también para aquellos que quieren sentirse más seguros que si llevasen una moto con sólo dos ruedas.
Porque sí, la Yamaha Niken se considera una moto y ni siquiera tiene los requisitos mínimos para homologarse como triciclo y poder conducirse con el carnet de coche y tres años de experiencia. Esto no nos sorprende porque precisamente fue ese el planteamiento de Yamaha: que su Niken fuera una moto, con sensaciones de moto y un extra de seguridad.
Yamaha Niken: sólo para 20 afortunados desde 16.349 euros
Por último debemos detenernos brevemente en el apartado tecnológico de la Niken. Su cuadro de mandos es completamente digital y encierra tres modos de entrega de potencia en los que ofrece los mismo 115 CV pero con una respuesta más o menos inmediata y dos niveles de control de tracción.
Durante la prueba, aprovechando la seguridad del tren delantero, tratamos de buscar el fallo de agarre en la rueda trasera abriendo gas muy pronto en inclinación y es ciertamente complicado hacer de saltar el control de tracción. Seguramente debido al buen reparto de pesos que mencionamos antes.
La Niken tambien incluye entre su equipamiento de serie el cambio semiautomático para subir marchas (para bajar no, hay que tirar de embrague) y control de crucero que funciona a partir de 50 km/h. Lo que echamos en falta es una mayor protección aerodinámica porque con la pequeña cúpula de serie el aire azota todo el pecho.
Tenemos que reconocer que al principio éramos escépticos con el funcionamiento de esta moto de tres ruedas, pero a medida que pasaron los kilómetros y fuimos entendiendo el funcionamiento de la Yamaha Niken nos encontramos ante toda una moto.
Cuando decimos moto no nos referimos a su estética o a su configuración mecánica ni de parte ciclo, nos referimos a que es una moto en el sentido de que las sensaciones que ofrece son precisamente las mismas que las de una moto, pero con un plus de seguridad que incita a sentir un paso por curva que puede que algunos motoristas no se atrevan a explorar con una moto convencional.
Yamaha se ha atrevido a sacar esta Niken al mercado y lo ha hecho como su producto estrella. Una moto rompedora que hace girar cabezas allá por donde pasa y que a su piloto le puede sacar una sonrisa en cualquier momento.
Durante su primer año de vida comercial Yamaha pretende vender 500 unidades de la Niken en Europa con 20 de ellas destinadas al mercado español. Para su próxima campaña las expectativas son muy superiores pese a que su precio no es especialmente asequible. La Yamaha Niken cuesta 16.349 euros y puede que no sea barata, pero desarrollar un modelo así cuesta mucho dinero. Ahora bien, la diferenciación con una moto convencional está 100% asegurada, tanto desde fuera como a sus mandos.
Yamaha Niken 2018 - Valoración
7.4
A favor
- Seguridad tren delantero
- Entrega de potencia suave
- Capacidad de diversión
- Si te gusta, te encanta
En contra
- ABS trasero intrusivo
- Asiento algo incómodo en los bordes
- Precio elevado
- Avisadores rozan pronto
Yamaha Niken 2018 - Ficha técnica
Motor | ||
---|---|---|
Tipo | Tres cilindros, cuatro tiempos, refrigeración líquida | |
Cilindrada | 847 cm³ | |
Diámetro x carrera | 78,0 mm x 59,1 mm | |
Compresión | 11,5 : 1 | |
Potencia | 115 CV a 10.000 rpm | |
Par | 87,5 Nm a 8.500 rpm | |
Sistema de lubricación | Cárter húmedo | |
Tipo de embrague | Húmedo, Multidisco | |
Sistema de encendido | TCI | |
Caja de cambios | Seis velocidades | |
Transmisión final | Cadena | |
Chasis | ||
Tipo | Diamante | |
Sistema de suspensión delantera | Doble horquilla telescópica invertida, 110 mm de recorrido | |
Suspensión trasera | Monoamortiguador, 125 mm de recorrido | |
Freno delantero | Doble Disco hidráulico, Ø 298 mm | |
Freno trasero | Disco hidráulico único, Ø 282 mm | |
Neumático delantero | 120/70 R 15 | |
Neumático trasero | 190/55 R 17 | |
Dimensiones | ||
Lanzamiento | 20º | |
Avance | 74 mm | |
Longitud | 2.150 mm | |
Anchura | 885 mm | |
Altura | 1.250 mm | |
Altura del asiento | 820 mm | |
Distancia entre ejes | 1.510 mm | |
Distancia mínima al suelo | 150 mm | |
Peso en orden de marcha | 263 kg | |
Depósito | 18 l |
El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Casco Icon Airflite, botas Alpinestars Faster-2 Vented, guantes Icon Retrograde, chaqueta Icon Squalborn, pantalones Knox Richmond y camiseta interior térmica Knox Jacob Sport.