Viajar a un Gran Premio siempre es una experiencia fantástica donde podemos disfrutar del espíritu motero en todo su esplendor. Motos, carreras, amigos, viajes, camaradería... Pero si quieres vivir un fin de semana con un toque distinto el GP de Aragón es el lugar indicado, porque te puedes montar un plan alternativo que a mi por ejemplo, me apetece mucho más.
El bullicio y la fiesta que se monta en Alcañiz está bien para un rato, pero si quieres disfrutar de verdad el Bajo Aragón te ofrece a muy pocos kilómetros de allí muchos ingredientes para un fin de semana perfecto. Nosotros nos hemos subido en una Honda CRF1000L Africa Twin y nos plantamos el jueves por la noche en Aragón, pero el viernes aprovechamos para organizar un día distinto, lleno de sensaciones y buenos recuerdos.
El retorno de la reina
Se hizo esperar durante mucho tiempo, y después de meses de rumores, desmentido y confirmaciones la Honda CRF1000L Africa Twin finalmente se convirtió en realidad, lleva ya medio año con nosotros desde que Honda gestase durante años su retorno. Una moto que llegó levantando muchas expectativas, y no es para menos, el nombre Africa Twin tiene gran peso en el seno de la marca japonesa. Y cuando pudimos probarla a fondo allá por el mes de febrero nos dimos cuenta del cuidado que Honda había puesto en su nueva trail de litro.
De las tres versiones disponibles nosotros viajamos durante cuatro días a lomos de la más guerrera, la que no lleva control de tracción, ni ABS, ni cambio DCT de doble embrague. El año que viene ya no podrá venderse porque al no contar con frenada ABS no cumple la Euro4, pero en cambio es una unidad más cotizada entre quienes buscan una moto para uso intensivo en viajes fuera de carretera. De hecho no lleva ni intermitentes LED como sus hermanas para que en caso de caída el bolsillo se resienta menos.
Dentro de las grandes trail actuales, la Africa Twin es de las menos voluminosas y aun así protege aerodinámicamente de maravilla incluso con la pantalla baja. Su buena protección, la comodidad de su postura, el espacio para movernos sobre ella y la buena autonomía nos permitieron hacer los poco menos de 500 kilómetros entre nuestro punto de origen y destino casi del tirón. Y esto te lo dice alguien que no es aficionado a las largas tiradas.
Llegamos de noche al final del camino, y nunca mejor dicho porque nos alojamos en un enclave idílico que nos esperaba en medio de ninguna parte al final de una serpenteante pista de tierra de cuatro kilómetros y medio. Tranquilidad absoluta, allí entre las montañas no se escuchaba nada.
Las maravillas del Bajo Aragón
A la mañana siguiente nos volvimos a subir a la Africa Twin para vivir un Gran Premio de forma distinta a la habitual, conociendo el entorno, su comida y sus gentes. Porque en el Bajo Aragón no sólo hay uno de los mejores trazados de velocidad del mundo, pistas de karting, motocross, enduro, supermotard y el Noyes Camp, también puede ser el centro neurálgico para disfrutar de cientos y cientos de kilómetros en moto.
No en vano, la Diputación de Teruel estrenó no hace demasiado una serie de rutas moteras que pudimos descubrir el año pasado. No tengas ningún reparo en perderte durante horas, porque son cuatro las rutas disponibles y están perfectamente indicadas igual de bien que lo está el circuito de Alcañiz:
Aunque en esta ocasión no vamos a hablar sobre ellas porque no realizamos ninguna de estas rutas, sino un itinerario alternativo a medida durante toda la jornada. Eso sí, tras haber conocido la comarca como lo hicimos nosotros me juego una mano y no la pierdo a que cualquiera de ellas es sumamente recomendable.
Poco después de amanecer la mañana del viernes la maxitrail de Honda nos estaba esperando ansiosa para empezar a rodar por la polvorienta pista que la noche anterior nos había dado la bienvenida. El itinerario que nos aguardaba nos llevó a caballo entre Teruel y la Comunidad Valenciana, pero no iba a ser una ruta cualquiera, sino una ruta con un poco de todo: tierra, polvo, asfalto bueno, malo, regular, calor, frío, agua... En serio, de todo.
Nada más repostar nos desviamos durante más de dos horas por caminos que se pierden por la cambiante orografía del Bajo Aragón. Un territorio lleno de paisajes de postal a los que no nos cansamos de hacer fotos mentales para llevarnos de recuerdo. Cualquier parada sirve para darte cuenta del encanto que tiene esta comarca, y es que si ya te encuentras poca gente por la carretera, perderte en la inmensidad de sus campos es sumirte en la más profunda de las tranquilidades.
De hecho, olvídate de ir con el puño derecho retorcido. Aquí lo que de verdad te llenará ese corazón de motero es disfrutar de tu montura con sosiego y parar a la sombra de cualquier árbol del camino que te quiera cobijar, almorzar algo, charlar con los compañeros o, simplemente, admirar el entorno.
Aun con neumáticos trail de corte muy asfáltico, la Honda CRF1000L Africa Twin es el ejemplo de una moto solvente en cualquier situación. Ni las zonas de polvo fino, ni las rocas sueltas nos hicieron perder la calma en ningún momento. Es simplemente perfecta para estos menesteres. Cuando volvimos a pisar el asfalto estábamos totalmente cubiertos de polvo, pero más felices que unas pascuas. Te aseguro que no fue nada fácil tomar la decisión de abandonar la tierra.
Lo importante no es participar, lo importante es disfrutar
El caso es que saliendo de nuevo a carretera con la CRF1000L nos encontramos otra vez con la misma sensación que por lo marrón. Es una moto que va muy bien en asfalto, del tipo que sea, y donde otras se echan a temblar cuando la ruta se retuerce o cruza por asfaltos descompuestos, la Africa Twin te hace un truco de magia y cambia los problemas por sensaciones agradables.
Con un comportamiento intachable y a lo largo de carreteras donde pudimos contar los tramos rectos con los dedos de una mano, la maxitrail de la marca del ala dorada volvió a demostrar por qué se merece ese nombre que luce orgullosa. Creo que no se le pueden poner peros destacables en cuanto a su funcionamiento; frena de manera solvente, anda bien, recupera, traza las curvas correctamente (mejor de lo que cabría esperar en una moto con llantas de 21 y 18 pulgadas), no flanean las suspensiones y hasta tiene un sonido bonito.
Viendo todo el polvo que llevábamos encima algunos vecinos nos comentaron que está todo muy seco, lleva meses sin llover en la zona. Bueno, quizá Murphy venía con nosotros también porque poco antes de parar a comer nos cayó una de esas tormentas torrenciales, granizo incluido en algún punto, de las que no se ven todos los días. Tanto llovió que casi no se veía y el agua que entró por las ventilaciones del casco y ¡escurría por el interior de la pantalla!
Tuvimos que extremar las precauciones porque la cosa se puso bastante peliaguda en algún momento, pero gracias al carácter dócil de la Honda CRF1000L Africa Twin pudimos proseguir la marcha sin el más mínimo susto. Ni siquiera sobre mi moto sin ABS ni control de tracción.
Finalmente la carretera nos llevó sanos y salvos hasta un magnífico restaurante donde pudimos secarnos un poco, lavarnos la cara para quitarnos el poco polvo que aún nos quedaba encima y sentarnos a la mesa. Como siempre, la comida de la zona es de lo mejor, repleta de productos autóctonos de calidad elaborados con cuidado y esmero. Unos platos que quizá fue por el agua o el frío, pero nos supieron a gloria.
Con la barriga llena, energías repuestas y un poco menos mojados (pero poco), volvimos a coger la moto para retirarnos a descansar en el hotel, darnos una reconfortante ducha caliente y poner a secar toda la equipación. Al día siguiente teníamos que ir al circuito pero, aunque por la mañana todo seguía húmedo, era imposible borrarnos la media sonrisa de la cara al subirnos de nuevo a la Africa Twin.
Los gastos para acudir al GP de Aragón con la Honda CRF1000L Africa Twin han sido asumidos por Honda. Para más información, consulte nuestra política de relaciones con empresas. El equipamiento utilizado durante la prueba ha sido: Casco Icon Variant y traje Rev'It Sand 2.