La KTM 990 Adventure está siempre enfocada desde un punto de vista off-road en muchos aspectos, como veremos más adelante. Dispones tanto de pata de cabra lateral como de caballete. Este último, se coloca de forma bastante sencilla, pues el pedal de accionamiento permite hacer bastante palanca y sólo necesitarás un pequeño tirón con la mano para elevarla cómodamente.
Para bajarla, yo no tuve problemas subido en la moto, pero con menos estatura, no habrá más remedio que hacerlo desde un lateral de la moto. Una vez abajo, el caballete no plega del todo, y habrá que ayudarlo con el pie para llevarlo a su posición de descanso. Con en la pata lateral, la moto queda bastante derecha. Una ventaja si el terreno no está en buenas condiciones, ya que no carga peso en exceso, pero habrá que tener cuidado si la dejamos en algún sitio con pendiente desfavorable.
Rodando por ciudad
En los primeros metros a lomos de la KTM te das cuenta que el peso parece desaparecer mágicamente. Nada más ponerla en marcha, la moto da una gran sensación de ligereza, y únicamente en los giros más lentos y cerrados puedes tener algún problema. Entre los coches, el manillar pasa por encima de los retrovisores, y aunque es una moto bastante ancha en la parte superior, entre las piernas se nota muy estrecha, facilitando la tarea de balancearla para serpentear en los atascos.
Su bicilíndrico está muy afinado, y apenas produce traqueteos saliendo desde parado o abriendo a medio gas desde bajas vueltas. Te permite circular cómodamente en quinta a cincuenta kilómetros por hora sin rechistar en ningún momento.
Con calor, en poco tiempo empezarás a oír funcionar el electroventilador, aunque no notarás el calor que pueda desprender el motor. El pasajero, con los escapes cerca de sus posaderas, tampoco tendrá problemas de temperatura. Los frenos, muy dosificables en el primer tacto de la maneta, son muy cómodos por ciudad. Sin embargo, el puño del gas responde de una forma un poco brusca a la maniobra de cerrar-abrir.
Autopista y autovía
Tanto la pantalla como el carenado protegen de forma satisfactoria. Alguien un poco más bajo quedará perfectamente protegido tras la cúpula, aunque a mí las turbulencias me daban de lleno en el casco si circulaba muy erguido. El asiento, es estrecho y plano, por lo que permite variar la postura con el paso de los kilómetros. Su mullido es bastante firme y cómodo.
En curvas rápidas y de radio amplio no tiene ningún problema, aunque su rueda delantera de 21" da un poco de desconfianza. Sin embargo, todo está en la cabeza porque la moto austriaca no hace amago de perder la línea en ningún momento. La sexta velocidad es muy larga en desarrollo, permitiendo al motor circular bastante bajo de vueltas y ajustando mucho el consumo.
Pero ya es hora de entrar en materia. Vámonos a hacer curvas. Por cierto, ¿a qué está no me queda pequeña?. Router, si consigue subir a ella, ya sólo le quedarán los catorce ochomiles...
En Moto22 | KTM 990 Adventure, la prueba (1/4)