Ya subidos sobre la Honda Scoopy SH125i 2013 los primeros minutos son de aclimatación. ¿A la moto? Que va, al tráfico de Barcelona. Que uno está acostumbrado a conducir en ciudades más pequeñas y al principio siempre me siento como un pulpo en un garaje. Y de ahí a convertirte a elefante en cacharrería en un despiste solo hay un momento…
Honda Scoopy SH125i 2013, a fondo desde Barcelona
Tal y como os comentaba, como el Honda Scoopy SH125i 2013 no tiene motor de arranque, no hace el típico ruido de grrr-grrr-grrr antes de ponerse en marcha. Al contrario, es inmediato y según le damos al botón (habiendo apretado alguna de las dos manetas de freno con bastante fuerza) el motor cobra vida con un leve murmullo.
El tacto del acelerador es inmediato y casi me atrevería a decir que parece eléctrico. Tiene un mínimo recorrido muerto y a continuación es completamente progresivo y de un accionamiento exquisito y extremadamente preciso. Sólo en motos eléctricas había notado la misma sensación.
La aceleración en los primeros metros es muy contundente, más que el resto de 125 que he probado y dando la sensación de que llevas un motor de mayor cilindrada. En los primeros instantes también aprecio que el espacio a los mandos se siente amplio y mis largas piernas no pegan en ningún lado, ni en el escudo ni en del manillar al hacer giros cerrados. Y tampoco estoy sentado atrás del todo.
Una vez que el motor ha alcanzado temperatura, el sistema Idle Stop entrará en funcionamiento. Lo activamos o desactivamos a voluntad con un conmutador situado en la piña derecha. Si lo llevamos conectado, al poco de detenernos en un semáforo por ejemplo el motor se apagará. No os podéis imaginar el ruido que dejan de hacer siete u ocho Honda Scoopy SH125i entre el tráfico.
Un LED queda parpadeando en el cuadro de mandos para indicarnos que ha entrado en funcionamiento el sistema Idle Stop. En cuanto giremos levemente el puño del gas, el motor arrancará de inmediato y sin ningún esfuerzo. Esto se consigue gracias al denominado Swing Back System que reposiciona el cigüeñal moviéndolo hacia atrás hasta la posición anterior a la apertura de la válvula de admisión junto a un mecanismo de descompresión que deja el motor vacío para que gire con menos esfuerzo.
Notaremos cuando se detiene que el motor hace las típicas pequeñas explosiones y al final de ellas un pop más audible, que nos indica que el motor ha soltado toda la compresión y está listo para cuando le volvamos a exigir.
¿Funciona bien el sistema? ¿Es suficientemente rápido o tarda en arrancar? Son preguntas que me hice antes de probarla y os aseguro que funciona a las mil maravillas. Desde que giras el puño del gas hasta que el Honda Scoopy SH125i no pasará ni medio segundo. Además da igual que la apertura sea parcial o total.
Y luego le puedes intentar armar cualquier perrería que no lo pillarás en un renuncio: ya sea estar parado y dar un golpe de gas (se volverá a parar a los tres segundos), abrir el acelerador justo cuando notas que se va a parar… Nada, que funciona perfectamente, sin vibraciones ni brusquedades de ningún tipo.
El Idle Stop lleva sensores repartidos por toda la moto, tanto de temperatura como de giro, apertura del acelerador, sensor de caballete lateral, etc. Este último hará que en caso de que lo despleguemos, se desconecte por seguridad (entiende que no vamos a reanudar la marcha inmediatamente) y tendremos entonces que arrancarlo como hacemos normalmente con el pulsador.
Los frenos son tienen una buena potencia y tacto. Además contamos con la seguridad activa adicional del ABS muy bien tarado ya que no salta con facilidad. Además se ha reducido las pulsaciones que se suelen notar en la maneta en gran medida. Estos junto con la estabilidad de las ruedas de 16” permiten sentirte muy seguro a sus mandos. Y aun así, sigue siendo muy ágil entre el tráfico urbano.
Se siente muy estrecho permitiendo colarte ente los coches solamente teniendo en cuenta la anchura del manillar ya que los retrovisores (muy bien posicionados y que permiten ver claramente lo que ocurre detrás) librarán por encima de los de los coches.
Honda Scoopy SH125i, salimos a carretera
Bueno, aunque técnicamente no era carretera, si que pudimos probar el Honda Scoopy SH125i 2013 en una pequeña circunvalación y sacarle un poco más de chicha al propulsor. Ya sin un límite de 50 la velocidad máxima que podemos alcanzar con ella es más que suficiente para no ir vendidos por ejemplo en una autopista y que nos adelanten los camiones. Llega a 100 km/h sin problemas y si seguimos, todavía llegaremos a poder apreciar los 120 km/h de marcador.
Lógicamente aquí es donde la Honda Scoopy SH125i se desmarca del resto de los scooter de rueda baja ya que no da la sensación de nerviosismo en ningún momento, ni por juntas de dilatación en el asfalto ni por golpes laterales de viento. Y todo ello manteniendo un giro y agilidad en maniobras en la ciudad perfectas.
No llegué en ningún momento a rozar con el caballete en el suelo y aunque como se aprecia en las fotos, no queda tampoco una excesiva altura, ya hay que pasar bastante fuerte por ellas para empezar a pegar con algo por lo que podemos circular con toda la tranquilidad que a las primeras de cambio no empezaremos a arrastrar la barriga por el asfalto.
De nuevo la Honda Scoopy SH125i nos está ofreciendo muy buenas sensaciones. Mañana entraremos en pequeños detalles como la capacidad de carga y acabados, para acabar con la ficha técnica y una galería en la que podréis apreciar todos los detalles.
Continuará…
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