Hay récords locos, y luego está el de hoy. Los jueces del World Record Guinness han certificado uno de lo más peligroso encima de una moto: haciendo un caballito a más de 200 kilómetros por hora... ¡Con las piernas por encima del manillar!
Y a riesgo de que suene flojo, si hacer un caballito ya requiere su técnica, hacerlo a 200 km/h y con las piernas por encima del manillar requiere muchas, muchas horas de ensayo. Fíjate si las lleva que empezó a perfeccionar la técnica en 1992.
Un hombre de récords épicos en moto
Pero lo que hace aún más impresionante este récord es quién lo ha conseguido. Magnus Carlsson, un veterano del stunt riding, ha sido el protagonista de esta hazaña.
No es la primera vez que lo hace: ya había batido un récord similar en 2023, cuando alcanzó los 175,7 km/h haciendo un caballito sobre el manillar. Pero esta vez ha ido más allá... Mucho más allá.
El escenario de la gesta fue un aeródromo en Suecia, donde Carlsson, con la precisión y control que le dan más de tres décadas de experiencia, llevó su moto hasta los 202,7 km/h mientras mantenía el equilibrio con las piernas por encima del manillar. Un desafío que, según sus propias palabras, ha sido uno de los trucos que más dedicación le ha exigido en toda su carrera.
Y por si esto fuera poco, este no es el único récord que ostenta. Además del caballito sobre el manillar, Carlsson también ha logrado otra marca impresionante: recorrer la mayor distancia posible en moto sentado al revés.
Para este en concreto utilizó una KTM Duke y logró completar 305,9 km en esta inusual postura, superando en más de 100 km el récord anterior. La prueba no solo requirió habilidad sobre la moto, sino también una preparación física extrema, dado el esfuerzo y la concentración necesarios para aguantar tantas horas sin mirar el camino.
El stunt rider sueco admite que, tras completar el recorrido sentado al revés, le costó incluso volver a la postura normal en la moto. Y es que cuando pasas horas desafiando la lógica y las leyes de la física, lo raro no es hacer algo imposible, sino volver a lo cotidiano.