El motor de la Suzuki Hayabusa tiene algo que enamora. Además de ser el corazón de una de las motos más queridas de todo el panorama, también es objeto de deseo para todo tipo de creaciones estrambóticas como karts, coches o motos gigantescas. Así que también vale para crear quads de 200 CV y turbo a lo bestia.
Vasily es un frikis de los quads, y en su amor infinito por estos cacharros de cuatro ruedas, ha ido un paso más allá: ponerle el motor de una Hayabusa a un Yamaha Raptor y encima, meterle un turbocompresor.
Una relación peso-potencia tan descomunal como el motor de la Suzuki Hayabusa
Todo lo que lleve el nombre de Hayabusa mola. La legendaria moto japonesa (que significa "halcón milenario", por cierto) es una bestia muy reputada dentro del mundo de las dos ruedas. Un icono. Pero su apellido se ha diseminado tanto que hay cientos de aparatos extraños que también llevan su apellido por bandera.
Por ejemplo, este Yamaha Raptor, un viejo quad que no tenía corazón. Así que Vasily, un 'youtuber' que ha heredado el motor de una Hayabusa decidió implantárselo a un Raptor, uno de los quads más populares de todo el mercado de ATVs.
200 CV encerrados en un quad es una cifra realmente peligrosa, con una relación peso-potencia muy particular teniendo en cuenta el quad solo pesa 180 kilos en seco. Vamos, que de un tirón te puede arrancar el brazo.
El proceso de fabricación de este quad lo ha documentado a través de dos vídeos, y todo desde el garaje de su casa, aunque también cuenta con la ayuda de un colega para hacer un basculante a medida.
Casi que lo más interesante de ponerle el motor a esta Hayabusa, y como la gran mayoría de este tipo de proyectos, es ponerle un turbocompresor. Eso disparará la entrega de potencia de este motor japonés, e igual de curioso es dónde lo coloca por la falta de espacio: en el frontal del quad. Un golpe y adiós.
Entre la lista de modificaciones también incluye un nuevo depósito de gasolina de aluminio para el que también recurrió a un amigo, así como para determinadas soldaduras que él no es capaz de hacer.
Pero lo que nos importa es el resultado final, y es espectacular. El Raptor ya está montado y con el motor de la Hayabusa asomando por el lateral. El turbo delantero le da un toque diabólico; casi como el ruido que hace al encenderlo. Sin embargo, controlarlo tiene que ser otra historia, hasta complicado.