No dudéis ni por un momento que tal y como está el patio, cometer locuras de este tipo nos puede llevar con la misma velocidad a la que circulamos, con nuestros huesos en la cárcel en el peor de los casos o haciendo trabajos en beneficio de la comunidad y con una larga temporada sin poder conducir ningún vehículo si tenemos suerte. Siempre que me dejan una moto para probarla y tengo tentaciones en forma de un movimiento involuntario en la muñeca derecha, me hago la misma pregunta. ¿Merece la pena?
El caso es que la otra semana precisamente os hablábamos de que la Comunidad de Madrid encabeza la deshonrosa lista de los siniestros en moto y hoy hemos sabido que el empleado de un concesionario de motos madrileño ha sido arrestado por la Guardia Civil tras ser cazado por un radar a 247 km/h en una carretera secundaria de la Comunidad de Madrid limitada a 90 km/h.
Por lo visto, la detención se practicó el pasado día 13 sobre las 9 de la mañana cuando un equipo de radar detectó una moto a 247 km/h en la M-311 a su paso por San Martín de la Vega, una vía secundaria de doble circulación y con tránsito de vehículos pesados, por lo que se puso en grave peligro la seguridad vial del conductor y del resto de usuarios de la vía según fuentes de la Comandancia.
El arrestado es un hombre español de 45 años que según explicó se dedica a probar los vehículos de un concesionario oficial de venta de motocicletas. En casa del herrero chuchillo de palo. Se le imputa un delito contra la seguridad vial por el que puede ser condenado a una pena de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. En cualquier caso, se le prohibirá conducir vehículos a motor y ciclomotores por un tiempo que oscila entre uno y cuatro años. Además, la autoridad judicial podría acordar el decomiso del vehículo utilizado, al considerarse instrumento del delito.
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