Qué nos deparará el futuro a todos los niveles es una gran incógnita. En la industria de la moto, y en el automovilismo en general, se ciernen chaparrones y una gigantesca incógnita sobre qué pasará con los motores, las prohibiciones, y un largo etcétera. Por eso ya hay gente trabajando en el futuro: la realidad virtual.
Desde hace más de diez años, una década, que se dice pronto, un motero japonés lleva desarrollando un proyecto cuyo objetivo es hacer montar a todo el mundo en una moto a través de la realidad virtual.
Una moto y unas gafas que llevan más de diez año en desarrollo
La realidad virtual se va abriendo camino a toda mecha en todos los sectores de la sociedad. El mundo enloqueció con las últimas Apple Vision Pro, capaces de un sinfín de oportunidades. Pues un japonés lleva trabajando en sus propias gafas de VR, pero para las motos. Su empresa se llama Prototype Ltd., y llevan diez años encerrados investigándolo.
Este hombre de 62 años lleva montando en moto toda la vida. No se le puede negar la afición. Por eso quiere hacer que todos puedan montar una moto, aunque sea utilizando unas gafas VR y un simulador para motos que pretende revolucionar el mundo.
El Sr. Watanabe explica lo realmente complicado de la simulación de las motos, que nada tiene que ver con el del automóvil: "Es bastante complejo, porque en un coche el comportamiento se puede calcular y programar. En la moto no, requieren muchísima precisión. Hace diez años pensaba que sería imposible lograrlo, pero ahora que finalmente podemos obtener datos sobre la posición del motorista, siento que la tecnología ha progresado significativamente".
De la mano de los cuatro principales fabricantes de motos japoneses quieren llevar a cabo el proyecto. Cree que con su invento, el mundo de la moto "será más popular", y hasta el mundo de las carreras, porque todo el mundo podrá tener una y competir.
Para ello, hay dos componentes principales. El primero, unas curiosas y futuristas gafas de VR que muestran absolutamente todo: mapa, funcionamiento de la moto, batería... Te hacen sentir estar allí a través de un efecto virtual que crea un mundo paralelo e inmersivo. Una auténtica paranoia.