El interés de Yamaha está mucho más allá de las motos, y no, no estamos hablando sobre pianos. La marca de los diapasones tiene una especial predilección por la ingeniería robótica y ahora ha dado un paso más en su particular senda hacia el futuro.
Yamaha ha invertido 12 millones de dólares en Roam Robotics, una empresa de tecnología afincada en San Francisco (California, EEUU) que desarrolla exoesqueletos, convirtiéndose en el mayor inversor de la sociedad y con la mirada puesta en futuras aplicaciones en el mundo de la moto.
Un exoesqueleto innovador con infinitas aplicaciones
El primer proyecto de Roam Robotics es Elevate, un exoesqueleto diseñado para esquiadores con el que se buscan varios objetivos: por un lado se intenta mejorar el control sobre los esquíes minimizando el esfuerzo físico necesario y reduciendo la fatiga muscular en largas bajadas, pero por otro también se reducen al mínimo las posibles lesiones tanto por impacto en caso de caída como por rotación excesiva de las extremidades.
El trabajo de Roam Robotics se basa, de momento, en la creación de un exoesqueleto con el que mejorar las capacidades físicas de un ser humano. Dentro de estas aptitudes se puede encontrar una mejora de la resistencia o de la fuerza pero también aplicarlo a medida que vaya evolucionando la tecnología hacia la comunicación háptica.
Aunque la idea inicial de Roam está destinada a los esquiadores, la propia empresa ya ha hecho algunas pruebas con adaptaciones para su uso en motocicletas como el de la foto que encabeza este artículo. Su propósito es el mismo que en el esquí, descargando peso sobre las piernas, ayudando a la absorción de impactos y favoreciendo un mayor control sobre la moto al reducir la fatiga de las piernas.
Tal y como ya hemos visto anteriormente, el MOTOROiD y el Motobot han sido por ahora las dos iniciativas públicas de Yamaha para la fabricación de ideas que fusiones humanoides o robots autónomos con motocicletas de dos ruedas en resultados de lo más dispar. En ambos casos el propósito es el mismo: investigar para la creación de motos más seguras, no hacer motos más aburridas como algunos postulan.
El Motobot de Yamaha parece simple, pero no lo es. Se trata de un humanoide capaz de pilotar una Yamaha YZF-R1 en circuito sin la ayuda de ningún operador humano, sólo con la asistencia de un apoyo lateral retráctil para mantener el equilibrio en arrancadas y detenciones. Todo lo demás (acelerador, frenos, marchas, dirección...) lo maneja el propio robot y su complejísimo sistema electrónico, ¡incluso ha corrido contra Valentino Rossi!
Por otro lado el MOTOROiD no tiene un robot humanoide, sino que es una moto robótica en sí misma. Este prototipo es capaz de mantener la verticalidad sin necesitar un tercer punto de apoyo, guarda el equilibrio por sí misma y puede seguir a un humano. Incluso baila sin caerse.
El interés de Yamaha en la tecnología de Roam Robotics también puede deberse al tipo de sistema que utilizan. En lugar de emplear motores eléctricos para mover las diferentes articulaciones artificiales, Roam Robotics utiliza actuadores neumáticos que pueden soportar hasta un 30% del peso corporal del usuario y al mismo tiempo hacen que el conjunto sea más ligero.
Aplicado al mundo de las motocicletas, Roam Robotics podría aportar su tecnología para una segunda generación de Motobot, para que sus motocicletas inteligentes basadas en el prototipo MOTOROiD sean más ligeras o para diseñar exoesqueletos destinados a los trabajadores de las plantas de montaje.