Allá por el mes de marzo, recién empezada la temporada del Campeonato del Mundo de Superbikes ya adelantamos la posibilidad de que MV Agusta pusiera punto y final a su andadura en el mundial de las motos derivadas de la serie.
Es prácticamente un hecho que la firma de Giovanni Castiglioni no continuará en 2019. La marca italiana ha dejado morir a su propio proyecto hasta el punto de llegar a un callejón sin salida en el que su responsable deportivo está valorando, incluso, no finalizar la temporada, algo que pone las cosas muy complicadas a Jordi Torres.
Sin una moto prevista para 2019 no hay posibilidades de continuar
La época más exitosa la han vivido en la categoría grande junto a Leon Camier y Jules Cluzel en la de Supersport con las F3 675. Ahora las luces parecen estarse apagando para las motos de calle en los circuitos mundialistas.
El próximo 2019 la firma italiana entrará a formar parte del Campeonato del Mundo de Moto2. MV Agusta fabricará los chasis para las motos del Forward Racing en la categoría intermedia y, si bien es un proyecto bastante poco ambicioso deportivamente hablando, comercialmente se trata de una jugada bien elaborada.
Los proyectos del WSBK y de Moto2 no son comparables ni mucho menos. Montar una estructura de fábrica por modesta que sea para Superbikes (equipo, piloto, motos, logística, neumáticos...) y desarrollar las motos de Supersport tiene un coste elevadísimo para una fábrica pequeña como MV Agusta, especialmente si lo que quieren es una repercusión mediática que hoy por hoy es de nicho.
El WSBK tiene unas aficiones bastante bajas de entrada, si a eso le sumamos que las MV Agusta sufren por mantenerse dentro del top 10 puedes hacerte una idea del retorno que puede recibir la marca entre lo que se gasta y lo que recibe a cambio.
La opción de Moto2 en un principio podría parecer mucho más compleja por la magnitud del campeonato en el que se adentran, pero precisamente ahí podría estar la razón en el giro de sus planes deportivos. MV Agusta se zambullirá en Moto2, pero sus labores pasarán casi exclusivamente por desarrollar un chasis para la moto del equipo Forward Racing, basado presumiblemente en el de las F3 675 y F3 800, también tricilíndricas en línea al igual que el motor Triumph que se empleará en la categoría a partir de 2019. Y ya está.
Salvo que haya otras labores a las que hayan llegado por acuerdo con el equipo de Giovanni Cuzari, MV Agusta sólo pondrá los chasis y, si acaso, alguna forma adicional de patrocinio por lucir su marca. El resto de gastos teóricamente y si nuestras fuentes relacionadas con el fabricante no se equivocan correrían a cargo de Forward Racing como vienen haciendo actualmente con las motos de Eric Granado y Stefano Manzi.
Dicho en pocas palabras: En el peor de los casos MV Agusta se gastará lo mismo o menos de lo que viene invirtiendo en el mundial de Superbikes y a cambio recibirá una repercusión mediática muy superior, además de una mejor percepción como marca al vincularse en un campeonato de mayor prestigio.
¿Y esto en qué lugar deja a Jordi Torres? Pues en una situación muy, muy complicada. El piloto catalán firmó sólo un año con MV Agusta como piloto de fábrica tras abandonar las filas del Althea Racing BMW, buscando mejorar sus estatus como piloto oficial.
Las mismas fuentes nos aseguran que de cara a la próxima temporada no es una prioridad desarrollar y homologar una MV Agusta F4 1000 cumplidora con la Euro 4 para la firma de Varese, lo que pone un nuevo palo en las ruedas de Torres. El coste de desarrollar una Superbike de calle para vender escasas unidades no tiene sentido para ellos, en cambio las variantes F3 675, más fáciles de colocar en el mercado, sí habrían recibido luz verde para la renovación (ya son Euro 4).
Los resultados han retrocedido con respecto a los obtenidos junto a Leon Camier en 2017. En palabras de Andrea Quadranti, director del equipo MV Agusta Reparto Corse, "Jordi tiene un estilo completamente distinto, cada fin de semana tenemos que empezar de cero y además Pirelli cada fin de semana trae neumáticos diferentes y es algo que nos perjudica ahora y para encontrar apoyos en 2019".
Quadranti ve un futuro poco alentador porque él mismo es sabedor de que no hay una MV Agusta F4 1000 Euro 4 en camino: "A día de hoy y bajo las condiciones actuales, podría decirte que al 90% seguro no continuaremos el año que viene. No tiene sentido". Tanto es así que se plantean no seguir en el campeonato más allá de Magny-Cours.
Sin el interés de mantener su equipo oficial en Superbikes y sin ni siquiera la posibilidad de tener una moto con la que correr, Jordi Torres tendrá que buscar un nuevo asiento con una temporada 2018 bastante decepcionante en la que ocupa la 13ª posición con un quinto puesto como mejor resultado.
De cara a 2019 los asientos son realmente contados. No hay prácticamente nada cerrado aún en los equipos oficiales a excepción de Jonathan Rea en Kawasaki y Leon Camier en Honda, pero los asientos restantes en su mayoría están previsiblemente adjudicados.
Suerte, Jordi. Parece que la vas a necesitar.