Hoy os vamos a traer una transcripción casi íntegra de un artículo publicado en Asphalt and Rubber. ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque el compañero Jensen Beeler ha puesto en palabras el anhelo que muchos llevamos añorando desde hace tiempo: una moto con la que soñar.
¿O es que ya no os acordáis de las motos que decoraban las motos de nuestras habitaciones cuando éramos jóvenes (o más jóvenes)? Aquella lucha irracional entre marcas por tener la moto de serie más rápida sobre la tierra. ¿Volverán las guerras de prestaciones insultantes a un mercado soperpoblado de racionalidad? ¿Volverá la emoción a los salones por conocer nuevas burradas?
Llevo algún tiempo intentando evitar esta historia, especialmente porque creo que es un sueño que se conecta con una fuente dudosa, pero los rumores que circulan por internet apuntan a que Suzuki está trabajando en una Hayabusa turbo que rondaría los 1.500 centímetros cúbicos para el año 2017.
Mientras no podamos confiar en el rumor, sí que tenemos dos cosas claras: que suzuki está lista por fin para darle un soplo de aire fresco a la familia GSX-R y que la Suzuki Hayabusa GSX-1300R Hayabusa necesita desesperadamente una actualización.
Y puede llegar, o al menos así apuntan pistas. La primera de las nuevas GSX-R será la superbike de 1.000 cc, así que podemos esperar que en poco tiempo todas sus nuevas ideas las hereden, al menos en parte, las 600 y 750, por lo que tendríamos otros dos nuevos modelos además de la futurible GSX-R de 250 o 300 cc que tienen casi lista.
De ser así, deberemos estar agradecidos a los dioses del cuatro en línea, porque una marca venerable había quedado apartada a un lado de la carretera en una especie de choque con fuga industrial. Nos rompía el corazón ver a Suzuki herida en la cuneta del mercado.
He esperado durante mucho tiempo que Suzuki trajera al mercado una actualización de la Hayabusa, y cuando digo actualización me refiero a una actualización de verdad, no algunos ligeros retoques como vimos en el 2008. Para mí es algo personal.
La Suzuki Hayabusa debutó cuando yo estaba aterrizando en el mundo de las motocicletas. Había un halo alrededor de aquella moto que me impresionó más allá de su descomunal velocidad punta y su diseño aerodinámico. Había llegado una nueva moto que retaba frontalmente a las máquinas de Honda y Kawasaki.
Quizá no fuera la moto más rápida en un circuito, pero bastaba con que fuera la más rápida en línea recta. Como adolescente que era, no podía evitar estar intrigado por aquella bestia.
No fui el único alma que fue cautivado por la Hayabusa. Desde su naciemiento estaba llamada a ser una moto de culto, con un montón de pilotos duros que le añadían sobrealimentadores, basculantes extendidos a sus Busas y extravagantes trabajos de pintura que se convirtieron casi en requisitos previos para formar parte de las pandillas de moteros.
Aquel halo se ha ido diluyendo con el paso del tiempo y su debut queda muy lejos ya. Ahora es fácil encontrar motos de 1.300 cc o más, como la KTM 1290 Super Duke R o la Ducati 1299 Panigale. Ahora sus cifras no sorprenden a nacie cuando manejamos potencias de 200 caballos en cualquier superbike, y menos aún cuando ya hay casos reales de propulsores con admisión forzada en el mercado.
De esta manera, aquí hay una oportunidad para que Suzuki relance el mito de la Hayabusa y lo traiga consigo de vuelta al mundo de las dos ruedas. Las compañías que son listas saben cómo los clientes usan sus productos, y deben intentar hacer algo mejor de lo que ofrecían y que se acerque más a los casos de las preparaciones más populares que hemos visto.
Todo esto nos da una oportunidad real de ver un modelo de Hayabusa con un turbo en sus entrañas, pero salida directamente de la fábrica de Suzuki, especialmente después de ver cómo la Kawasaki H2/H2R está pavoneándose por el mundo sin piedad sin rivales directos que le hagan sombra.
Con el reglamento WSBK cambiando, veremos más tarde o más temprano como se crea una homologación especial en el reto que ha supuesto la irrupción de la H2 y la brecha que ha abierto para la llegada de otras marcas a una guerra de hyperbikes con turbo.
Mientras que vemos cómo los fabricantes de forma inteligente abordan el reto de llevar a la práctica modelos baratos y necesarios en el mercado, espero que sigan manteniendo el temperamento necesario para crear motos divertidas y hasta indignantes que sean capaces de empujar los límites más allá de lo establecido.
Una nueva Suzuki Hayabusa turboalimentada podría ser esa moto, el tipo exacto de moto que protagonice los posters con la que los jóvenes de hoy decoren sus habitaciones como hicimos nosotros.
Ahora que la crisis ha pasado, ¿será el momento de volver a ver los excesos técnicos de la época dorada del motociclismo?. Ójala...
Vía | Asphalt and Rubber