Hace unos días, publicaban en Bebés y más, un medio más de esta casa, un artículo sobre las 27 cosas que debería saber un niño al llegar a los 12 años. No podía estar más de acuerdo con muchos de los puntos que trataba el autor pero hubo uno que se me clavó en el alma y consiguió que me olvidara por completo del resto de líneas. El punto siete dice así:
7. Las motos son uno de los peores inventos que haya hecho el hombre.
Esta es mi opinión personal (a otros padres este punto no les parecerá importante) y en este tema no puedo ser imparcial: nunca he tenido una moto porque se han ido amigos míos y conocidos por con una de ellas, y por haber trabajado en las ambulancias he visto a más de los que jamás hubiera querido ver morir por el mismo motivo, así que tengo que date mi opinión: las motos son uno de los peores inventos que haya hecho el hombre. En caso de que tengas un accidente no habrá nada que te salve más allá del casco. Cuanto más rápido vayas, mayor será el riesgo, y no hace falta ir muy rápido para salir volando. Claro que un coche también es peligroso, pero estás más protegido. Y sí, por supuesto que confio en ti. Es en los demás en quien no confío.
He tenido tiempo, y hasta unas minivacaciones por medio, para meditar sobre el tema y no responder en caliente. En su lugar, hoy quiero dirigirme a ti, Armando, y a todos los que estáis de acuerdo con ese párrafo. Lo que sigue son sólo algunos puntos sobre los que quizás os gustaría recapacitar antes de contarles a vuestros hijos que las motos son el demonio.
1. Hemos avanzado un mundo en seguridad
Hay que reconocer que hubo un tiempo en el que tener una moto incrementaba tus probabilidades de fallecer por mil. Décadas atrás, las motos deportivas eran mastodónticos conjuntos de metal que eran capaces de superar con creces la velocidad recomendable (no digo ya la legal) para las infraestructuras de un país que acababa de salir de una dictadura. Carros en las calles y carreteras, tierra, arena, desperfectos por doquier... y en la moto, unos frenos de tambor para intentar parar 200 kg.
Por suerte, los tiempos han cambiado. A partir del año que viene, absolutamente toda moto que salga de un concesionario llevará un sistema ABS incorporado. Esto significa decir prácticamente adiós a las innumerables caídas que sufre el motero en frenadas sobre suelo resbaladizo. Pero no sólo eso, sino que en la actualidad cada vez más fabricantes incorporan controles de tracción y hasta sistemas ABS de frenado en curva. Incluso, puedes elegir distintas configuraciones de motor para distintas situaciones: ciudad, lluvia, off-road...
Incluso la industria de los accesorios ha evolucionado de la misma manera. Tenemos mejores cascos, mejores prendas de cordura y cuero con mejores protecciones, se han desarrollado protectores cervicales y hasta sistemas airbag en los monos.
Sin duda alguna, las motos nunca han sido tan seguras.
2. Los moteros de ahora no son como los de antes
Hemos cambiado, hemos crecido y madurado. Hemos pasado de no querer ponernos el casco a pasarnos el día mirando catálogos con los últimos avances en protección. De ser "criminales" perseguidos por la Guardia Civil a simples usuarios de la carretera. Los años locos de los 70, 80 y 90 han pasado y hoy ir en moto no significa ser un adicto a la velocidad.
El mercado ha cambiado tanto que ya no son las deportivas las reinas de las ventas, sino motos más lógicas y fáciles.
3. Fundamentales para la ciudad
En estos tiempos en los se habla de conducción autónoma y se desarrollan prototipos de vehículos inteligentes conectados a todo tipo de dispositivos, es la moto el vehículo que apoyan en grandes ciudades para lidiar con los atascos y la contaminación. Mientras ciudades como Paris o Viena limitan el acceso de coches al centro de la urbe donde aparcar cuesta un ojo de la cara, las motos disfrutan de ventajas como no pagar por aparcamiento.
Es más, hasta los vehículos que pretenden ser la norma en un futuro no muy lejano, intentan tomar tantas cualidades como sea posible de las motocicletas.
Son además vehículos más ligeros y rápidos que podrían resolver los grandes problemas de congestión de las capitales. Esto se traduce en menor contaminación, más tiempo con tu familia y, en definitiva, mayor calidad de vida.
4. Más educación vial y menos miedo
La educación del "no, eso es malo" no es educación. Bajo ningún concepto deberíamos transmitir a nuestro hijos nuestros miedos, más bien deberíamos asegurarnos de que ellos los superan.
¿Cómo hacerlo en este caso? Con educación vial. Nunca sabrás si a tu hijo o hija le acabarán gustando las motos. Intenta formar una persona que sea responble tanto al volante como al manillar, que conozca las normas de circulación a la perfección y sepa comportarse y desenvolverse en la jungla del asfalto. Sé su ejemplo: no cruces en rojo, no te saltes semáforos, cede el paso, conduce como es debido respectando los límites de velocidad etc...
No hace falta esperar hasta que se tenga que sacar el carné, personas como mi compañero Morrillu emplean su tiempo los fines de semana para formar a esos locos bajitos. Recuerda que cuanto mejor conduzcan, menor probabilidad de sufrir un accidente.
Dices en tu artículo: "Y sí, por supuesto que confío en ti. Es en los demás en quien no confío". Pero, Armando, ¿cómo esperas tener una sociedad responsable si lo que enseñamos a los futuros ciudadanos es a tener miedo de los vehículos?
5. No somos Valentino Rossi ni Marc Márquez
Y en relación con el punto anterior: MotoGP no es el mundo real. Rodamos en lugares muy distintos y lo que en MotoGP es una caída sin consecuencias, un error en carretera puede salir más caro. Además, la preparación física y medios de estas estrellas está a años luz de la nuestra, por lo que una lesión costará mucho más tiempo y algún que otro mal trago.
6. Motociclismo también es deporte
Como el fútbol, el baloncesto y otros tantos deportes, el motociclismo también es un lugar perfecto en el que desarrollarnos tanto física como mentalmente. Existen numerosas especialidades pero si tuviera que recomendar una, optaría por el motocross. Al contrario que en otras áreas de la vida, aquí el esfuerzo, la dedicación y el entrenamiento ofrecen recompensas a corto plazo que sirven para mantener una actitud positiva en busca de nuevas metas.
Y por último, no te pido que te compres mañana una moto ni que lleves a tu familia al próximo evento de motor que haya cerca, pero quizás valga la pena replantear la forma en la que tratas la moto, ¿no crees?
Fotos vía | KTM, Kawasaki, Twitter,