Acostumbrados a ver las pequeñas motos eléctricas que la marca española ha venido desarrollando en los últimos años desde su creación, sorprende mucho ver su última propuesta, el Torrot Velocípedo. Una propuesta de cero emisiones con el objetivo de mejorar la movilidad en las ciudades.
El concepto de la Torrot Velocípedo pretende dar un giro a las motos eléctricas. No sólo busca un extra de movilidad con un tamaño mínimo como hacen la mayoría de motos eléctricas. Busca dar una respuesta a toda esa gente que quiere dejar de lado el coche para moverse por la ciudad pero que no acaba de decidirse por el concepto moto convencional.
Dos ruedas delanteras, un techo y cinturones de seguridad
El concepto que han desarrollado los ingenieros de Torrot es complejo y a la vez sencillo. Es complejo en cuanto a su concepción técnica, pero sencillo si pensamos que ofrece un extra de seguridad con sus tres ruedas y comodidad conscientes de que eso es lo que quiere una amplia mayoría de usuarios en las grandes ciudades.
Es muy interesante ver como de esta manera se pretende recurrir a la idea de ofrecer una mejora en la movilidad urbana pero sin recurrir del todo al concepto de una moto. Lo cierto es que mucha gente quiere huir del tráfico y de los tan odiados atascos pero también es cierto que no todos quieren recurrir a una moto para evitar esas situaciones.
La respuesta de Torrot ante este dilema es ofrecer un camino intermedio y ese camino intermedio tiene nombre propio, Velocípedo. Sí, tal vez el nombre no sea demasiado rompedor y desde luego, no suena muy futurista. Sin embargo, en Torrot han querido tirar de historia y han recurrido a la comparación con los primeros velocípedos, que revolucionaron la forma de moverse por las ciudades hace un siglo y medio y en concreto en Cádiz, ciudad muy unida a la empresa española que producirá allí este modelo.
El Torrot Velocípedo tiene hasta 150 km de autonomía con una velocidad máxima de 88 km/h, unos valores más que suficientes para el día a día en las grandes ciudades. Su motor eléctrico de 10 kw de potencia cuenta también con un sistema de regeneración de energía en frenada para estirar al máximo su capacidad.
Su estructura con pilares de fibra de carbono apuesta por la reducción máxima de peso, con 180 kg en orden de marcha. La conectividad también está muy presente en el diseño del Velocípedo como no podía ser de otra manera en esta época.
El otro punto fuerte del Velocípedo, a parte de su seguridad, su autonomía y sus cero emisiones es que puede ser conducido por cualquier persona que tenga el carnet B con tres años de antigüedad. Su homologación de vehículo eléctrico L3 es equivalente a la de 125c.c. en motores de combustión interna, por lo que en ese sentido las puertas están completamente abiertas para la última creación de Torrot.