Bajo el control del magnate Elon Musk se engloban una serie de compañías como la afamada Tesla, SpaceX o la ambiciosa The Boring Company. Fiel a su estilo, Tesla es una marca de coches disruptiva que trata de convertir en oro todo lo relacionado con la movilidad eléctrica, desde berlinas de lujo o berlinas medias y SUV hasta cabezas tractoras y deportivos de infarto.
Con las motos eléctricas en pleno auge siendo cada vez más populares entre las marcas emergentes que buscan adelantar por la derecha a los grandes fabricantes, cuesta entender por qué Tesla no ha mostrado ni la más mínima intención en hacerse con una porción de este suculento pastel. La solución es muy sencilla: Elon Musk odia las motos.
Un accidente nos privará de ver jamás una moto Tesla
Sabiendo que Tesla tiene la tecnología y la capacidad productiva para acometer grandes proyectos de movilidad eléctrica y prometiendo que pueden cambiar para siempre el panorama de la movilidad por carretera, la ausencia de un proyecto de Tesla sobre dos ruedas es como poco llamativa.
Esta ausencia no está motivada por ningún tipo de planteamiento comercial; de hecho, la falta de interés de Tesla podría ser un gran error comercial por parte de Elon Musk. Pero nadie está descubriendo aquí la fórmula de cierto refresco, porque en Tesla lo saben, Elon Musk lo sabe, y de hecho es una decisión personal del jefazo.
Recientemente Musk, de 46 años, fue preguntado a este respecto a cuento de una chaqueta con aspecto motero y su respuesta fue tajante: Tesla nunca desarrollará una moto eléctrica porque él casi se mata en un accidente de moto cuando tenía 17 años.
El sudafricano confesó que acostumbraba a llevar motos desde pequeño, lo disfrutaba y estuvo pilotando motos de cross durante ocho años. También tuvo una moto de calle hasta que un desagradable encontronazo con un camión casi le cuesta la vida, lo que también acabó súbitamente con su hábito de montar en moto.
Con un gigante como Harley-Davidson asociándose con una empresa con el potencial de Alta Motors, estaría muy bonito ver una dura competencia contra Tesla. Con marcas americanas de este calibre jugándose la hegemonía de las motos eléctricas seguro que la aceptación de este tipo de movilidad ganaría enteros exponencialmente y, además, podría colocar a la industria de la moto americana al nivel de la europea y japonesa.
Por desgracia nos tememos que no veremos ninguna moto Tesla.