Los patinetes eléctricos parecían una solución sostenible para mejorar la movilidad. No siempre es así

Los patinetes y bicicletas eléctricas han llegado para quedarse. Es un hecho irrefutable que las ciudades están cambiando, construyendo, mutando e incluso cercenando carriles de circulación de vehículos y peatones para abrir paso al nuevo tipo de movilidad… Pero, ¿alguien se ha planteado si estas alternativas también emiten CO₂?

La clave del futuro es la sostenibilidad. Las formas de transporte alternativo son un paso hacia ella, pero hay que tener en cuenta si son una solución viable.

Los patinetes eléctricos de alquiler multiplican la emisión de CO₂

Si has estado últimamente en Madrid, Sevilla, Barcelona o cualquier otra gran ciudad europea como Ámsterdam, te habrás percatado de la presencia de patinetes eléctricos por doquier.

Y no solo patinetes de usuarios, sino también de empresas de alquiler.

En un estudio publicado por el instituto alemán Fraunhofer ISI, se dedujo que, tras analizar las emisiones del ciclo de vida de los VMP de alquiler de seis ciudades (Berlín, Dusseldord, Melbourne, París, Seattle y Estocolmo), estos reducían las emisiones de carbono entre 15 y 42 gramos de CO₂ equivalente por kilómetro respecto a un coche particular.

Otros datos que arrojan es que, durante un mes a finales de primavera, eso supuso un ahorro de emisiones de cerca de cuatro toneladas de CO₂ en Dusseldorf y 66 toneladas en París. O, lo que es igual, plantar mil árboles cultivados durante diez años.

Los datos del estudio hay que cogerlos con pinzas. Se han realizado con la colaboración de Lime teniendo en cuenta solo sus patinetes de sharing. Aun así, el estudio apunta que los patinetes eléctricos de alquiler pueden tener un impacto en emisiones por usuario inferior al del transporte público.

La otra cara de la moneda dice todo lo contrario

Si los patinetes eléctricos pueden emitir menos CO₂ que el transporte público a lo largo de todo su ciclo de vida útil, la duración del ciclo de vida es clave.

Según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte publicado en la revista Enviromental Research Letters, un patinete eléctrico privado tiene un ciclo de vida de unos dos años. Unos dos meses para uno de alquiler. El coste ambiental se dispara teniendo en cuenta la huella de carbono de producir más unidades, transportarlas, reemplazar las viejas...

Otro factor es el tipo de uso. Mientras que los patinetes eléctricos privados se utilizan principalmente para ir al trabajo o a clase en desplazamientos rutinarios, los patinetes de alquiler se suelen utilizar en momentos de ocio.

Es decir, los patinetes privados sí sustituyen a medios de transporte más contaminantes, mientras que los de alquiler pueden estar sustituyendo a los desplazamientos a pie o en transporte público.

Adicionalmente, un estudio de la Universidad de Bruselas señala que los patinetes eléctricos de uso personal se utilizan de forma más responsable que uno de alquiler.

Según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, los patinetes eléctricos emiten una media de 300 kg de CO₂ durante todo su ciclo de vida.

En una comparación directa y según el mismo estudio de la UPM, un coche emite 250 gr/km de CO₂, un patinete privado 25 gr/km y uno de alquiler 100 gr/km. Mientras tanto, las bicicletas eléctricas empatan con los patinetes eléctricos privados con 25 gr/km de CO₂.

La solución a una movilidad sostenible pasa por hacerla realmente sostenible. Un buen punto de partida sería garantizar la vida útil de los patinetes eléctricos de alquiler, algo que podría reducir un 30 % sus emisiones totales

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