Cada vez son más las mujeres que luchan por abrirse camino o mantenerse en la cima de la competición y el mundo del motor. Ya tenemos nombres como Ana Carrasco, María Herrera o Laia Sanz que han demostrado sobradamente de qué pasta están hechas.
Anke-Eve Goldmann, Taru Rinne, Tomoko Igata o Kiara Fontanesi son otros nombres de mujeres dignas de mención que han marcado un antes y un después en el motociclismo. Ahora aumentamos la lista con otra mujer: Eva Håkansson, una ingenieria sueca que desde hace varios años lucha por su sueño de batir records de velocidad.
Una motocicleta eléctrica más evolucionada para 2020
Eva Håkansson, doctora en Ingeniería Mecánica que imparte clases en la Universidad de Auckland, ha luchado siempre por superarse y conseguir nuevas cimas en el mundo de la velocidad, pero con un añadido, que el vehículo que utilice sea eléctrico.
El 30 de agosto de 2016, durante las pruebas de velocidad de motocicletas de Bonneville consiguió un récord del mundo de velocidad al alcanzar los 400,278 km/h. Con esa cifra consiguió tres logros: ir en la motocicleta eléctrica más rápida del mundo, rodar en el sidecar más rápido del mundo y ser la mujer más rápida de la historia rodando en moto.
Desde entonces, ha perdido dos de sus records; uno de ellos frente a Valerie Thompson que consiguió ir a más de 500 km/h en un vehículo de dos ruedas. De momento, Håkansson conserva el de haber ido en la moto eléctrica más rápida de la historia y ahora su objetivo es recuperar los otros dos logros.
Sus conquistas las consiguió con un streamliner denominado KillaJoule que fabricó ella misma. Alcanza una velocidad máxima de 434 km/h aunque el récord oficial esté en 400 km/h. Mide 5,6 metros de longitud, 0,53 metros de ancho y 0,96 metros de altura. La distancia entre ejes es de 3,8 metros.
Al artefacto de dos ruedas se le puede incluir una tercera rueda para convertirla en sidecar (siempre mencionan al vehículo como sidecar aunque el concepto de éste incluye poder llevar a un pasajero, que en este caso no ocurre). Cuando es un sidecar su anchura aumenta hasta los 1,14 metros. La estructura es de tubos de acero, la carrocería es de aluminio y para ciertas piezas también utiliza fibra de vidrio.
Su corazón eléctrico entrega una potencia de 400 CV. Sus baterías son de nano-fosfato de litio de 400 V y 10 kWh de capacidad. Pesa 700 kg (incluido el peso de Eva, que es siempre la piloto). Para cargar las baterías recurren a la energía solar o a un generador de bio-diesel. Y para parar tanta potencia tiene discos de freno en la rueda delantera y trasera, además del paracaídas.
Pero el KillaJoule es el pasado. El nuevo proyecto de Eva Håkansson se denomina Green Envy y es la evolución del KillaJoule, aunque se parecen mucho. De broma, su creadora explica que su primera diferencia (salta a la vista) es que esta vez es verde en lugar de rojo. La potencia también dista mucho del original: un megawatio equiparable a 1.360 CV. El nuevo aparato será 1 metro más largo (unos 7 metros). La parte aerodinámica la van a mejorar. También será más fácil de manejar. Tal como ella y su madrido explican, aprendieron de los errores del KillaJoule para construir algo mejor.
La idea es que el nuevo aparato esté terminado en 2020 en Nueva Zelanda, lugar donde vive el matrimonio. Su objetivo es crear la motocicleta más rápida del mundo cuyo récord tienen ahora mismo Ack Attack y Rocky Robinson, que consiguieron poner su máquina a 605 km/h. De momento, Eva y su marido, también ingeniero mecánico, están trabajando con su diseño y buscan espónsores.