Hubo un buen día en la historia del motociclismo en el que Suzuki fue más lista y rápida que sus contrincantes. En el fin de una era en el mundial de motociclismo, los japoneses crearon una moto que más que una moto era una obra maestra que incluso recordamos hoy en día.
Era la Suzuki RP68. Y era mejor que un reloj suizo. Y con solo dos datos lo vas a comprender rápidamente: su motor era de 50 centímetros cúbicos y era capaz de ponerse a más de 200 kilómetros por hora.
50 cc a 200 km/h: ¡épico! Si hubiese existido...
Suzuki quería plantar cara a Honda. Fueron los más listos de la clase; tenían preparado un que prototipo ya estaba en una fase avanzada, y que estaba a punto de coronar una de las mejores 50 cc de la historia. Justo como para estrenarlo para la siguiente temporada... Se llamaba Suzuki RP68 y estaría lista a finales de 1967... Pero nunca llegó a competir.
Un año antes, en 1967 la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) anunció el fin de los motores de 50 centímetros cúbicos multicilíndricos en el Campeonato Mundial de Velocidad, lo que ahora conocemos como MotoGP. Es decir, que solo podrían ser de un solo cilindro y una caja de cambios con un máximo de seis velocidades. Y evidentemente, eso hizo muchísimo daño a los de Hamamatsu.
Aquello supuso el fin de una era porque los fabricantes, hasta ese momento, multiplicaban el número de cilindros de sus motores para obtener más potencia. Y también supuso el fin de la RP68, que la mataron antes de que llegase a nacer para hacer historia.
Era una bomba de relojería en cuanto a complejidad de construcción y rendimiento. Se trataba de un motor de dos tiempos y tres cilindros, refrigeración líquida, admisión por tres válvulas rotativas y una potencia final de 19 CV a 20.000 vueltas. Y ojo, que tenía un rango de utilización de 500 rpm.
Solo su caja de cambios tenía la friolera de catorce velocidades, acompañada de un embrague en seco y una velocidad de récord: se ponía a más de 200 kilómetros por hora. Tengamos en cuenta que se trataba de una moto de 50 cc.
¿Bestia? Bestia. Teniendo en cuenta la relación CV/litro de una MotoGP de 1.000 cv está en unos 300 CV/litro, la de esta pequeña de 50 cc era de 380 CV/litro.
¿Cómo era posible con una banda de solo 500 rpm? Un motor con una banda de potencia tan estrecha es menos flexible, porque fuera de ese rango estrecho de rpm, el motor no está funcionando a su máxima eficiencia o potencia. Pero eso lo solucionaba la caja de 14 transmisiones. Los cambios eran rápidos, finos y precisos. Por lo que probablemente es el Santo Grial de las MotoGP; casi no hay fotos de ella.