Marc Márquez, un piloto de puerta grande o enfermería: la lesión que cambia el escenario de MotoGP 2020

Puerta grande o enfermería. Esta expresión del denostado argot taurino es la que más se adapta a lo que supone Marc Márquez como piloto, y más en concreto a lo que fue su actuación en el Gran Premio de España. Sea uno más o menos taurino, la expresión es tan elocuente que no hace falta ni explicar su significado. O sales a hombro o te pilla el toro, no hay más.

Y a Márquez le pilló el toro el Jerez. Salvó una cogida que pudo ser muy fuerte en las primeras vueltas, de esas de doble trayectoria. Quiso seguir arriesgando para enmendar la faena, y vaya si lo hizo. Fue el héroe en Jerez. Remontó hasta la tercera posición con un puñado de adelantamientos memorables, pero para él no fue suficiente. Quería la puerta grande. Si no, no sería Marc Márquez.

Un podio de Márquez hubiese sido un golpe moral al campeonato, pero no se conformó

Márquez no se conformó con una tercera posición que bien podría haber sido segunda, porque Maverick Viñales ya estaba a tiro. Si el campeón se hubiese parado ahí, hubiese dejado de buscar la puerta grande, se hubiese metido gran parte del título mundial de MotoGP en el bolsillo. Sí, incluso acabando tercero.

"Cuando vi a Márquez detrás apreté muy fuerte. A todo o nada". Eso dijo Viñales tras la carrera cuando vio que Márquez amenazaba su segunda posición poco más de media hora después de haberle visto dando botes por la tierra jerezana. Y eso es lo que provoca el campeón en sus rivales. Solo era la primera carrera y Viñales ya se la estaba jugando a todo o nada.

Si Márquez hubiese remontado desde la decimoséptima posición hasta el podio, pasando por delante de Andrea Dovizioso, Valentino Rossi y todo el resto de sus rivales, hubiese sido un golpe moral terrible para todos ellos. La sensación de que Márquez es invencible y de que, sin haberse salido, hubiese ganado la carrera a placer.

Sin ir líder, Márquez hubiese asestado un golpe moral tremendo al campeonato. Pero todo cambió a cuatro vueltas del final. Márquez no se conformó porque no sabe, y porque si lo hiciese en ese tipo de circunstancias probablemente ni sería Marc Márquez ni tendría ocho títulos de campeón del mundo con 27 años.

Márquez apretó en una moto que él mismo reconoce que no empezó a comprender del todo hasta este mismo fin de semana. La nueva Honda RC213V, aunque comparte componentes con su hermana del año pasado, es más traicionera. Se la jugó a los Márquez en los FP2 y en carrera se lo ha hecho dos veces al campeón.

Ahora todo el mundial ha cambiado. Márquez está lesionado, tiene fracturado el húmero y, aunque ni él ni el equipo descartan que esté en el Gran Premio de Andalucía, sería una locura que se personase en Jerez dentro de una semana. Una de esas cosas que solo se le ocurrirían a un torero de puerta grande o enfermería.

Pero probablemente en frío y fuera de la moto Márquez reflexione y no arriesgue en Jerez. Y si no lo hace, lo lógico es que le obliguen. Asumiendo esta situación, el campeón va a empezar el mundial con dos ceros, y eso como mínimo. A ver cómo llega a Brno dentro de tres semanas, porque la lesión no es broma y el mundial está más comprimido que nunca.

Lo cierto es que esta ausencia de Márquez abre un escenario nuevo en un mundial en el que todos los personajes parecían tener ya muy claro su papel. Por un lado, muchos pilotos y marcas se creen más que nunca que este 2020 es su año. Por el otro, Honda empieza a temer una temporada desastrosa y ejemplifica sin querer por qué sí que era necesario Pol Espargaró.

Sin Márquez ni Crutchlow, Honda se va de Jerez con solo diez puntos y gracias

Porque Honda ha firmado un resultado terrible en Jerez. Es cierto que sería demasiado duro juzgarles en base a lo de hoy. No solo han perdido a Marc Márquez, que ahora va a estar renqueante, sino que además Cal Crutchlow tampoco ha podido salir a la carrera. El inglés se cayó en el Warm Up y los médicos no le dejaron salir a carrera, aunque él quería.

Los problemas de Crutchlow parecían menores, pero tendrá que pasar también por el quirófano. Su participación en Andalucía está en duda, lo cual es preocupante para Honda, porque el británico era el único piloto de la marca que parecía capaz de estar en el grupo delante, al margen de Márquez, claro. Sin ellos en pista, la carrera ha sido un tormento para Honda.

Takaaki Nakagami ha acabado décimo y Álex Márquez duodécimo. En total, diez puntos para Honda en la primera carrera de MotoGP de 2020. Han tenido suerte de los desastres de Suzuki y Aprilia, si no hubiesen sido la peor marca del día. Necesitan como el comer que Márquez y Crutchlow vuelvan pronto y bien para que la brecha no se vuelva insalvable.

Probablemente a Stefan Bradl le toque subirse a la moto en Jerez la semana que viene, algo que ya era tónica habitual de las últimas temporadas como wild card. No le pillará de nuevas, pero tampoco esperemos milagros. A Honda le espera otro fin de semana muy complicado en Jerez, otro ejemplo de que Pol Espargaró sí que es necesario.

Quartararo y Dovizioso se cargan de razones para creer que el título es posible

Lo que en Honda es pobreza se convierte en oportunidades para los rivales. Fabio Quartararo ganó de forma brillante y por pura lógica es el favorito para volver a hacerlo dentro de siete días. 'El Diablo' se erige como gran candidato para heredar el trono de Márquez, si es que el campeón lo deja vacante o vuelve por la puerta grande.

Pero hay otro gran beneficiado del debut jerezano. Andrea Dovizioso logró su primer podio en el circuito Ángel Nieto desde que compite en MotoGP, lo que significa dos cosas: la primera, que lo de su clavícula se ha quedado en mucho menos de lo que pudo ser, y la segunda, que la Ducati Desmosedici GP20 no va tan mal como nos decían. En su antinatural Jerez se subió al podio.

Dovizioso y Ducati apretarán mucho en verano. Con no caerse la semana que viene ya aumentarán la renta sobre Márquez, y luego llegarán Brno y el doblete en el Red Bull Ring, el circuito fetiche de los de Borgo Panigale. Más que nunca, la puerta para el ansiado segundo mundial de Ducati en MotoGP está abierta.

Quiénes salen mal parados son los de Suzuki, que se van de vacío de Jerez. Álex Rins se lesionó también en la clasificación y no estuvo en carrera. Da para reflexión que tras cinco meses de inactividad hayamos tenido tres lesiones en el primer Gran Premio de la temporada. Joan Mir no fue paciente y acabó por los suelos en carrera.

Suzuki ha tenido un estreno de pesadilla y no mejorará si tienen que subir a Sylvain Guintoli en la moto de Álex Rins para la repetición jerezana, cosa que es probable. Han sido el gran chasco del Gran Premio de España, teniendo en cuenta que llegaban con la vitola de tener la mejor moto. Con calma, Mir podía haber estado hoy en el podio, pero se precipitó.

Y en Yamaha todo son dudas. No para Rossi, que evidenció que la competición ya le pilla de lejos cuando dejó pasar descaradamente a Márquez en su remontada. Pero sí con Viñales y Quartararo. Si el español no se pone a la altura de su futuro compañero, en Iwata podrían verse tentados a apoyar con todo a su piloto satélite. Todo por acabar con la tiranía de Márquez.

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