El debut de la temporada 2018 del Campeonato del Mundo de MotoGP nos deparaba, aparentemente, muchas respuestas. Este año tenía que ser la confirmación de Jorge Lorenzo sobre su Ducati, pero en cambio las cosas no han empezado precisamente bien para el piloto mallorquín, aunque al parecer todo se debe a un fallo técnico.
Lo que en principio pareció una caída (muy extraña) en realidad ocultaba una maniobra de supervivencia. El 99 tuvo que tirarse de su Desmosedici GP18 a una velocidad superior a 180 km/h cuando llegaba a la curva 4 mientras remontaba.
"Ha sido un fin de semana muy complicado"
El Gran Premio de Catar no arrancó de la mejor manera para Lorenzo. "Ha sido un fin de semana muy complicado, con muchos problemas", aseguró el piloto de Borgo Panigale. Clasificó noveno en la Q2, demostrando que la GP18 no es la solución a sus problemas y que no se encuentra adaptado por completo a la particular configuración de la moto italiana.
En carrera salió mal, cayendo hasta la décimo tercera posición superado por Morbidelli, Miller, Iannone y Aleix Espargaró. Poco a poco logró encontrar su ritmo y estabilizarse en la décimo primera posición, logrando incluso comenzar a rodar más rápido que el grupo delantero, pero después de haber perdido mucho terreno.
Tras adelantar a Miller en la décimo primera vuelta puso su objetivo sobre Iannone, pero al llegar a la curva 4 en la décimo segunda vuelta todo se acabó para Lorenzo. "La caída ha sido consecuencia de un problema con el freno delantero", señaló el de Ducati, asegurando que "desde la segunda vuelta he notado que no frenaba igual y cada vez ha ido a peor".
Lorenzo intentó gestionar la carrera pensando que había un problema de sobrecalentamiento en el equipo de freno delantero, procurando frenar de una forma menos incisiva. El problema no fue a menos sino todo lo contrario, cuando tocó frenar en la cuarta curva y a una velocidad próxima a los 200 km/h no había frenos, procuró reducir la velocidad con el freno trasero pero el espacio era limitado, así que decidió tirarse al suelo.
"Al llegar a esa curva no he podido parar la moto y he tenido que saltar para no impactar con el muro. Ha sido muy extraño, nunca me había pasado y ahora hay que analizarlo bien para que no vuelva a repetirse", apuntó el 99.
Según parece el defecto podría encontrarse en la fractura de una de las pastillas de freno utilizadas en el sistema Brembo que equipa la Ducati. "Cuando trajeron la moto de vuelta al garaje la pastilla no estaba dentro de la pinza de freno y el equipo la encontró en el circuito".
Aún así, Lorenzo está convencido de que de no haber sido por el problema con el equipo de frenos tenía ritmo suficiente para haber dado caza al grupo delantero, ya que tenía un ritmo constante de 1:55 altos. El mallorquín se ve fuerte y capaz de estar delante, aunque reconoce que la GP18 tiende a levantarse más en la salida y le penaliza en uno de sus puntos fuertes de 2017: adelantar puestos en la salida.