El Gran Premio de Japón ha sido en cierto modo el que ha dejado entrever un resurgir real de Marc Márquez. Por primera vez en tres años se ha visto al piloto español capaz de hacer cosas parecidas a las que le han convertido en una leyenda de MotoGP, pero se sigue resistiendo ese ansiado podio en 2022.
Si Márquez se ha especializado en algo en los últimos años es en las salidas, pero esta temporada ha tenido una mala suerte catastrófica. En las dos carreras más prometedoras, la Honda falló en los primeros metros. Márquez estuvo a punto de abandonar durante la primera vuelta en Motegi, aunque al final sacó adelante la situación.
La Honda volvió a sufrir el mismo fallo que en Austin
Más de 1.000 días y tres años después, Márquez volvía a salir desde una pole position en MotoGP. Pero la aventura no duró mucho. Un problema electrónico en uno de los mapa motor de la Honda arruinó la primera vuelta de Márquez, y por extensión la carrera. Es el mismo que le asaltó en Austin, y que decían tener identificado.
"Pensaba atacar en las primeras vueltas y luego irme para atrás. Las primeras vueltas son siempre mi punto fuerte, pero he tenido un problema. Pensaba que se acababa la carrera, pero he cambiado mapas y de repente la moto ha empezado a ir bien, pero ya estaba quinto", contaba Márquez tras la carrera.
Es exactamente el mismo problema que ya le asaltó en Austin y que le hizo quedarse último en aquella ocasión. La suerte le volvió a dar la espalda a Márquez, porque después se demostró que tenía ritmo para ganar aquella carrera, igual que en Motegi quizá hubiese podido conseguir ese podio que tanto se resiste en 2022.
Eso sí, más importantes que un podio son las buenas sensaciones que ha tenido Márquez en Motegi, tanto en seco como en mojado. La sonrisa de su cara ya le delataba, y las palabras acompañaban el discurso: "Tenía el brazo cansado, pero no tenía el dolor de otras carreras. Para mí este es el punto importante de hoy".
A simple vista ya se ha visto como Márquez podía hacer cosas que a principios de temporada era incapaz, aunque todavía se nota que no está a gusto con una Honda que se ha alejado mucho de su estilo de pilotaje. Márquez resaltaba un detalle que le parece muy importante: "Hacía mucho tiempo que no podía atacar a alguien en la última vuelta".
Márquez pasó a Miguel Oliveira en el giro final para conseguir una cuarta posición que le deja a las puertas del podio, pero lo más importante es que está de vuelta. Y ahora parece la definitiva.