Después de subirse al podio en la India, Fabio Quartararo volvió a la cruda realidad en Japón. En la casa de Yamaha, el piloto francés ni siquiera pudo clasificarse para la Q2, y después tuvo una pésima estrategia en carrera que arruinó sus opciones de lograr algo más. Se tuvo que conformar con un décimo puesto.
Tras la carrera, Quartararo se despachó a gusto contra su moto. El campeón de 2021 hizo un retrato de la Yamaha. Y es que la marca de Iwata va camino de lo nunca visto: acabar en la última posición del mundial de MotoGP. En Japón ya les superó Honda, y 'El Diablo' empieza a estar muy harto de la situación.
Yamaha ya va última en el mundial de MotoGP
"Este es nuestro potencial: la moto no tiene potencia, no gira, no agarra, no tiene nada", decía un duro Quartararo. El francés volvió a las posiciones traseras después del espejismo de la India, y explica que "si quieres pasar a la Q2 tienes que superar el límite, y así pierdes mucho tiempo". Está desquiciado.
Solo cinco motos se mantuvieron en pista sin apostar por los neumáticos de mojado cuando comenzó a llover. Tres de ellas fueron las tres Yamaha. Una estrategia que a la postre se demostró como pésima, y de la que Quartararo se salió a tiempo. El francés fue el primero de las Yamaha en parar, y pudo salvar un décimo puesto.
Otros como Franco Morbidelli aguantaron con las ruedas de seco hasta que le cogió todo el pelotón, y el resultado fue romper la racha de carreras consecutivas en la zona de puntos. Ya no queda ningún piloto que haya sumado en todas las carreras. Al menos Cal Crutchlow, el 'wild card', acabó decimotercero.
"No tenemos ningún plan para mejorar. La moto es la misma que hace tres años. Cambiamos, pero nunca vamos hacia adelante. Nos faltan tantas cosas que no podemos centrarnos en solo una", continuaba Quartararo. Su futuro cada vez está más lejos de Yamaha y más cerca de Aprilia, con quienes tiene conversaciones avanzadas.
Y es que Yamaha se hunde sin remedio. Con el podio de Marc Márquez en Japón, Honda adelantó a Yamaha y los de Iwata cayeron a la última posición del mundial. Jamás Yamaha ha terminado como farolillo rojo en un mundial de MotoGP, pero mucho tendrían que cambiar las cosas para que 2023 no sea el año en el que eso ocurra.
La crisis de Honda es profunda, pero da la sensación de que la de Yamaha es todavía más estructural. Y no se atisba una salida hasta, como mínimo, 2027.