Según informa hoy El Mundo, junto a otros medios, el Tribunal Supremo ha confirmado hoy un total de 12 sentencias contra Dorna Sports, al cargo de campeonatos como el de MotoGP o Superbike, por las que se reclama varios millones de euros en concepto de IRPF correspondientes al año 2004. Asimismo, se han estimado una cantidad de 3,9 millones para Carmelo Ezpeleta y de 2,7 para Enrique Aldama. Ya en 2010 se establecieron multas de 5,1 y 1,2 millones de euros respectivamente al considerarlas faltas graves, pero la Audiencia Nacional afirmó después que la falta era leve. El Tribunal Supremo estima, ahora, que la falta es grave.
La falta en cuestión se refiere a la simulación en diferido de una compra de acciones de Dorna por parte de una sociedad en la que figuran participaciones de las mismas personas involucradas en la venta. Este importe se dividía después entre los propios socios. Sólo unas horas después, Dorna Sports ha emitido un comunicado en castellano e inglés para intentar aclarar la situación:
Desde el máximo respeto a las decisiones judiciales, Dorna quiere manifestar su discrepancia con el contenido del fallo del Tribunal Supremo relativo a la calificación jurídico-tributaria como simuladas de operaciones de recapitalización apalancada (“leverage recapitalization”) realizadas en los ejercicios 2003 y 2004. Dichas operaciones son normales y frecuentes en las economías de nuestro entorno y plenamente válidas desde el punto de vista mercantil. Su calificación como no simuladas es reconocida incluso por varios magistrados del Tribunal Supremo que han manifestado expresamente su discrepancia con el contenido de las sentencias formulando los oportunos votos particulares a las mismas. Dorna está analizando diversas vías de actuación ante las citadas sentencias.
Algo me dice que estas multas anunciadas nunca llegarán a cobrarse y que, del modo que sea, estas estrategias económicas son, también de algún modo, legales y están normalizadas en el mundo empresarial.
Pese a eso, lo que de verdad no está en manos de los tribunales es el juicio moral que provocan estos movimientos en busca de sumar aun más millones cuando la situación laboral general de los pilotos de los campeonatos que organizas es tan sumamente pobre. Pilotos que no cobran ni un duro, equipos que exigen patrocinadores personales a sus pilotos para financiarse, pilotos que pagan cifras escalofriantes simplemente por participar en condiciones, a sabiendas, no competitivas con la esperanza de dar la campanada.
Deseo, lógicamente, que a Dorna Sports le vaya de fábula con sus dos campeonatos. Por el espectáculo, por el deporte, por el motociclismo… y por supuesto, por mi interés como profesional del sector y por el bienestar de todos los trabajadores que dependen de ello de forma más o menos directa… pero echo de menos algo de igualdad.
Vía | El Mundo, Dorna Sports