¿Cuándo se quedará atrás la Ducati GP23 de Marc Márquez respecto a la GP24? La historia dice que muy pronto, pero aún no

Es un debate que hace solo cinco años ni siquiera podría haber existido, pero que en el MotoGP moderno está a la orden del día. ¿Es mejor la Ducati Desmosedici GP24 o la GP23? El duelo entre Pecco Bagnaia y Marc Márquez en Jerez ha generado un potente debate entre aficionados en el que no todos están de acuerdo. Por suerte, la historia nos ayuda a salir de dudas.

Hace muy poco tiempo, luchar por un mundial con un equipo satélite era poco menos que imposible. Hoy en día, no solo se puede hacer, sino que incluso con una moto del año anterior hay pilotos que sueñan con ser campeones de MotoGP. El último es Marc Márquez, pero no va a ser tan sencillo.

¿Hasta cuándo la GP23 de Márquez aguantará el tirón de la GP24? Mugello parece la cita clave

Sí, luchar por un mundial de MotoGP con una moto desfasada es posible. Franco Morbidelli fue subcampeón del mundo en 2020 con una Yamaha de 2019, Enea Bastianini llegó vivo hasta la penúltima carrera de 2022 con una Ducati de 2021 y hasta Marco Bezzecchi tuvo sus opciones en 2023 hasta que se rompió la clavícula entrenando a pocas carreras del final.

Si asumimos que Marc Márquez es mejor que todos estos pilotos, lo cual parece evidente, la respuesta es clara: el '93' debería poder luchar por el mundial este año. Pero surge una gran pregunta que genera debates en todos los foros: ¿Cuánto mejor es la GP24 que la GP23? Y, sobre todo, ¿Cuándo será inalcanzable la GP24?

Lo primero es acudir al padre de las criaturas. Gigi Dall'Igna dijo que en Jerez la diferencia entre la GP23 y la GP24 fue mínima, y quizá por eso se explica la buena actuación no solo de Márquez, sino también de Bezzecchi y Álex Márquez, tercero y cuarto respectivamente. Pero Dall'Igna también dijo que este año, fuera de Jerez, la ventaja de la GP24 era mayor.

Si echamos un vistazo a la historia reciente, es decir a 2022 y 2023, las dos temporadas anteriores en las que Ducati ha tenido ocho motos en pista, encontramos un patrón claro. La moto vieja suele empezar el año mejor que la nueva, pero hay un punto de la temporada en la que la nueva evoluciona y se escapa.

Esto se ve muy claro en 2022. Enea Bastianini, por entonces en Gresini Racing con la GP21, ganó tres de las primeras siete carreras, incluyendo la cita inaugural, y llegó a ir líder destacado del mundial. La Ducati GP22, la pata negra por entonces, tardó seis carreras en ganar. Eso sí, a partir de Mugello, Bagnaia arrasó sin contemplaciones.

En 2023 la GP23 arrancó ganando, igual que en 2024, pero fue un espejismo. Después de esa cita inaugural, Bezzecchi fue quien ganó un par de carreras con la GP22 y se puso líder del mundial. Pero, otra vez, a partir de Mugello fueron Bagnaia y Jorge Martín los que empezaron a marcar el ritmo, y Bezzecchi ya solo ganó en India, un circuito nuevo al que se adaptó bien.

Y es que esto no es algo nuevo en el paddock. De hecho, en el debut del VR46, el equipo de Valentino Rossi llegó a pagar para que Luca Marini llevase una Ducati pata negra en 2022. Después de una temporada, decidieron que era mejor llevar una moto antigua, que ya llega reglada a los circuitos y permite trabajar en el pilotaje desde el primer minuto de los viernes.

La GP24 parece que ha nacido bien, y los problemas de vibraciones que les lastraron en las primeras carreras cada vez están más controlados. Si atendemos a la historia, Márquez y la GP23 aún deberían ir muy bien en Le Mans, quizá también en Barcelona, pero a partir de Mugello, con el calor de junio, entraremos en territorio GP24. O eso dice la historia.

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