La sustitución del equipo Suzuki de MotoGP es uno de los grandes quebraderos de cabeza con los que se ha encontrado Dorna esta temporada. La marcha de la marca de Hamamatsu les ha dejado en una posición de buscar sustituto a toda prisa, y parece que no llegará de cara a 2023: Carmelo Ezpeleta confirmó que habrá 22 motos en parrilla.
Sin embargo, el CEO de Dorna ha vuelto a insistir en una reciente entrevista en que "hay fabricantes que nos están consultando sobre el hueco de Suzuki". Parece que la decisión firme de MotoGP es la de no subir a otro equipo privado, sino cerrar un acuerdo con una nueva marca, ya sea para 2024 o más adelante. Estas son las opciones.
BMW reconoce que siempre ha valorado entrar en MotoGP
Inmediatamente después de saberse la baja de Suzuki todas las miradas apuntaron a Kawasaki. Los de Akashi fueron la última marca que estuvo en MotoGP y se marchó, y en el pasado Dorna explicó que hubo un intento de correr como 'wild card' en una carrera de MotoGP con Jonathan Rea y la Kawasaki Ninja ZX-10RR.
Lo cierto es que Kawasaki no tiene demasiadas opciones. Prácticamente ninguna. No solo porque les va muy bien dominando el mundial de Superbikes con Rea, sino porque los fabricantes japoneses están en plena retirada. Lo más lógico es que, si entra alguien, sea una marca europea sin historia previa en MotoGP.
En ese perfil encaja BMW. Markus Schramm, el director general de BMW Motorrad, ha salido recientemente al paso de los rumores afirmando que "BMW siempre mira a MotoGP, pero la decisión final no depende de nosotros. La última vez lo frenó la junta directiva, es decir, la gente de los coches". Desde luego, está muy lejos de ser un 'no' rotundo.
BMW ya está en el mundial de MotoGP con el Safety Car, y el nuevo departamento M de la marca parece que está haciendo una apuesta decidida por la competición: han estrenado nueva moto en las Superbikes y van a entrar en las 24 Horas de Le Mans de coches acogiéndose al reglamento LMDh. Parece que están en la pole.
Lo que está descartado es el asunto de GasGas, que simplemente hubiese sido una trampa legal para no enfadar al resto de equipos privados, pero no hubiese dejado de ser una estructura satélite de KTM que corriese con sus mismas motos. Era la opción fácil para 2023, pero si no ha pasado significa que no pasará.
Triumph cada vez se está abriendo a nuevos horizontes en el mundo de la competición. Acaban de entrar en el mundial de Supersport, donde cada vez consiguen resultados más dignos en solo su primera temporada, mientras que en el mundo del Motocross y el Enduro también están jugando con sus propios prototipos. No habría que descartarles.
El último nombre que convendría analizar es el de MV Agusta. A priori, económicamente sería inviable para una marca en su situación entrar en MotoGP, pero el planteamiento podría ser el contrario: hacer una gran inversión en marketing entrando en MotoGP para así aumentar las paupérrimas ventas de motos.
No olvidemos que detrás de la compañía hay muchos millones rusos. Además, MV Agusta ya está en el mundial de MotoGP, aunque sea en la categoría de Moto2. Tienen equipo propio y no les va demasiado bien, igual que en Supersport, donde acaban de estrenar moto y son la peor marca. Pero no sería desdeñable un calentón a todo o nada.