No hay prácticamente un mes que pase en todo el año en el que no veamos en los medios de comunicación un incidente relacionado con el uso de la bicicleta o patinete eléctrico en las ciudades (nos da igual que sean urbes grandes o pequeñas). Un ilegítimo uso es considerado como peligroso por parte de sus usuarios y las autoridades.
Por ello, en 2019 Atlanta decidió prohibir el uso de estos instrumentos de transporte en la franja nocturna. Ahora, tres años después, un estudio especializado en energía ha desvelado interesantes datos sobre su impacto, dando algunas respuestas a la cuestión de qué sucede cuando prohíbes los patinetes de las ciudades.
¿Prohibir los patinetes en la ciudad es una buena idea? La ciencia habla
Vayamos con los prolegómenos o antecedentes de esta historia. En 2019, la ciudad de Atlanta decidió prohibir el uso de patinetes eléctricos y bicicletas entre las 21:00 y las 04:00. ¿El motivo? Varias muertes en ese mismo año, revelando “un patrón en las trágicas muertes con patinetes: todas ocurren al anochecer”, decía por aquel entonces la alcaldesa de la ciudad, Keisha Lance Bottoms.
Así, entró en vigor la prohibición que, en principio, sería una sola medida mientras buscaban soluciones a largo plazo. Sin embargo, se acabó quedando. Nature Energy, una publicación mensual con rigurosas investigaciones sobre energía, quiso ahondar en el tema. Cabe destacar su variedad de temas, con una tendente línea hacia las energías sostenibles.
En el estudio publicado en este mismo 2022 se propusieron ahondar en el tema. En la propia introducción al estudio destacan que la movilidad “como los scooter o bicicletas eléctricas son una barata y conveniente solución”, así como justifican la sustitución de los motores de combustión interna por movilidad de tipo eléctrico.
En el estudio relatan que “cuando se prohíben los patinetes y las bicicletas eléctricas, los conductores experimentan un aumento estadísticamente significativo de la congestión del tráfico”, concluyendo que los desplazamientos de coche en los intervalos prohibidos (de 21:00 a 04:00) se incrementaron del 9,9 % al 10,7 % tras la prohibición.
Toda la información fue tomada desde el 25 de junio de 2019 hasta el 22 de septiembre de ese mismo año. Utilizaron los datos de Uber Movement para saber los cambios en los tiempos de viaje nocturnos, antes y después de la norma. 45 días de análisis en total. Dilucidaron que los ciclistas urbanos y usuarios del patinete se cambiaron al coche para sus desplazamientos.
Eso aumentó el transporte urbano en un 10 %, y elevó el tiempo total de un trayecto habitual en un 36 % con motivo de esa congestión. Estos son los datos de Atlanta, pero bien podrían extrapolarse a cualquier otra ciudad. Por lo que sí, prueba que el aumento de tráfico, tiempo y polución a causa de algo tan simple como prohibir ir en patinete o bicicleta por la noche.
En España tenemos nuestros propios antecedentes. El año pasado fallecieron trece personas en accidentes viales relacionados con patinetes eléctricos. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, ya manifestó su descontento con la situación, preguntándose qué hacer para reducir la elevada tasa. "Se ha de racionalizar", que no prohibir. ¿Cuál sería la solución idónea?
Por ello, en el análisis que hoy compartimos, de una manera indirecta, se cuestionan si realmente merece la pena asumir el coste del aumento de la circulación y la congestión del tráfico o la pérdida de vidas.