Los STOP preocupan a la Dirección General de Tráfico (DGT). Y ante la preocupación, más tecnología para intentar parar una acción que consideran demasiado común, y que ha provocado muchos accidentes: saltárselo en cruces, así como respetar la línea continua en las incorporaciones.
El organismo dirigido por Pere Navarro trae a España dos sistemas con cámara para vigilar a dos de las "infracciones más habituales". El proyecto piloto sentará las bases para traer más radares y multas a España.
Saltarse un STOP o una línea continua ahora estará vigilado por radares
La DGT sigue echando mano de la tecnología para detectar infractores. Y es que ya es oficial que en España están instaurados los primeros radares de STOP, tal y como ha confirmado el organismo de tráfico.
Se tratan de cámaras de vídeo calibradas que detectan la total detención del coche o moto en cuestión. Funcionan "permanentemente", de tal manera que cuando detecten que un vehículo se salta el STOP, envía la información al centro de denuncias.
La multa por saltarse un STOP es de 200 euros, y conlleva la retirada de cuatro puntos del carnet, tal y como se estipula en el artículo 151.2 del Reglamento General de Circulación.
La DGT justifica la llegada de estos radares con números. Concretamente mencionan que en 2021 (último año con estadísticas completas publicadas), 1.093 conductores implicados en accidentes con víctimas no habían respetado la señal de STOP.
Por otro lado están las líneas continuas, que también parecen preocupar a la DGT. En 2021, dicen, se produjeron 217 muertes por este tipo de choque de un total de 8.163 accidentes.
Para este en concreto utilizan un sistema de dos cámaras que graban a los vehículos que circulan tanto por las incorporaciones como por el carril derecho de la vía principal a la que se incorporen.
Una vez detecta a la moto o coche en la vía de aceleración sin haber terminado la línea continua, estando en el carril derecho de la vía principal, "la consecuencia es evidente", dice la DGT: multa al canto. Concretamente será de 200 euros, aunque en esta ocasión sin retirada de puntos.