Ya son varios los incidentes que se han registrado con patinetes eléctricos en el transporte público. Causa de ello, las consecuencias no se han hecho esperar: después de que Barcelona prohibiese llevar el patinete eléctrico en el tren o autobús, Sevilla toma la misma decisión en su metro.
La segunda ciudad en España en prohibir los patinetes eléctricos en el transporte público. Metro de Sevilla echa la culpa a la proliferación, y da una solución que no contenta a los usuarios.
El 1 de febrero entra en vigor la medida
Será el mismo régimen de acceso a trenes que está en vigor para las bicicletas. Desde el 1 de febrero prohibirá el acceso a los VMP en las franjas de hora punta de los días laborables, así como en los servicios especiales o momentos de alta ocupación.
En concreto, las horas puntas para la limitación son de 7:30 a 9:30, de 13.30 a 15:30 y, por la tarde, de 18:30 a 20:30. Los fines de semana y festivos sí que se podrá acceder con ellos, así como en los meses de julio y agosto.
La alternativa que se les da a los usuarios que habitualmente lo llevan como complemento al transporte público es dejarlo aparcado en los estacionamientos, que incluyen recarga gratuita en diez de las estaciones de la ciudad. Para el resto de paradas se permitirá dejarlos en los aparcabicis pero solo mientras esté activa la línea.
No hay ningún hecho aislado como fue el caso de Barcelona. Más bien dicen que hay una proliferación de patinetes eléctricos que ha llevado a la concesionaria del metro, Globalvía, a limitar la entrada de los VMP.
Parece que los patinetes eléctricos están en el punto de mira, hasta el punto de que el Reglamento General de Circulación (RGC) ha legislado en su última actualización nuevas señales para ellos y obligará a sus dueños a tener un certificado obligatorio y otros requisitos para circular.
Las reacciones no han tardado en llegar. El Diario de Sevilla ya ha recogido algunas denuncias al respeto: "¿Cómo voy a llegar ahora al trabajo? pero tardaría casi una hora en recorrer un camino que hoy hago entre 20 y 25 minutos en total", dice una de ellas. Otro se queja de que "¿cómo voy a dejar durante siete u ocho horas un patinete que vale 400 euros nuevo en una estación para que me lo roben?".
Barcelona es el ejemplo más cercano: la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) fue el precedente a Sevilla, que directamente los prohibió en los trenes y autobuses de Cataluña.
Allí sí que tuvieron un precedente unos días antes de anunciar la normativa cuando un patinete en llamas causó momentos de auténtico pánico en un tren de cercanías en Sant Boi de Llobregat (Barcelona). En plena marcha del convoy, el patinete empezó a arder y dejó a cinco heridos leves.
En España ya hay dos ciudades que lo han prohibido, pero llegamos tarde dos años respecto a otros países de la zona euro. Londres ya prohibió los patinetes en el transporte público, argumentando que las baterías de iones de litio provocaban incendios como ya sucedió en varias ocasiones.
Tanto se preocuparon por justificar la medida que la Transport of London realizó un informe en julio de 2021 afirmando que las baterías de litio en mal estado de estos dispositivos estallaban inesperadamente provocando una nube de humo tóxico.