Desde que se comenzó a rumorear sobre la posibilidad de que Triumph motorizase a la categoría de Moto2 y que finalmente se confirmó su desembarco a partir de 2019, los voces que han especulado sobre un nuevo modelo deportivo en la firma británica se han hecho cada vez más poderosos.
Meses después y con el prototipo cada vez más evolucionado y cercano al su fin de su vida útil salvo para labores de prueba de diferentes soluciones una vez arrancada la temporada 2019, Triumph lo tendría a punto de caramelo para lanzar una nueva Triumph Daytona 765... pero no va a ser así. Al menos de momento.
Triumph tiene todo lo necesario para lanzar una Daytona 765
Cuando el año pasado visitamos las instalaciones de Triumph en Hinckley (Inglaterra) para la presentación de las Triumph Speedmaster y Triumph Bobber Black, la marca también quiso mostrarnos su prototipo utilizado para desarrollar el motor y la electrónica de Moto2. La aparición de la Moto2 con motor de 765 cc estuvo a la altura de las presentaciones del resto de modelos aquella tarde, pero los representantes de Triumph insistieron en que no habría una Daytona 765. Algo desconcertante supuestamente para sólo mostrar un prototipo de circuito.
El motor que se va a utilizar en Moto2 es un propulsor tricilíndrico en línea derivado directamente del utilizado en la Triumph Street Triple RS en la que desarrolla 123 CV, pero más potenciado, con una culata específica y una electrónica única para todos los equipos firmada por Magneti Marelli.
Pese a que tienen el chasis, las suspensiones y el motor listos para adaptar a una versión de producción, Triumph no está dispuesta a realizar este movimiento durante el año 2019, posiblemente a la espera de ver cómo se desarrolla el primero de los tres años (con posibilidad de renovación) que tienen firmados con Dorna como suministrador de motores.
Con Triumph participando por primera vez en la era moderna del Campeonato del Mundo de MotoGP, la firma británica probablemente esperará a hacerse un nombre en la categoría intermedia del mundial, ganar peso mediático y entonces lanzarse a la aventura de retomar la senda de las motos deportivas recogiendo los frutos de la inversión de zambullirse en Moto2.
Por otra parte, el lanzamiento de un modelo completamente nuevo en 2019 cuando en 2020 llegará previsiblemente la nueva normativa anticontaminación Euro 5 supondría un esfuerzo adicional para una fábrica relativamente pequeña como Triumph, por lo que esperar un año tendría todo el sentido del mundo.
Rizando el rizo, Triumph también podría hacer una doble jugada con la homologación de su hipotética Daytona en una versión limitada a 675 centímetros cúbicos (algo que ya hacen con la versión limitada para el A2 de la Street Triple) con la que se le abrirían las puertas de par en par en la categoría de Supersport.
Dorna está apostando por rejuvenecer el campeonato de las motos derivadas de la serie y ha conseguido que Yamaha renovase la YZF-R6 el año pasado y previsiblemente Kawasaki presente una nueva ZX-6R este próximo otoño. En cambio MV Agusta tiene muchas papeletas para apearse de un campeonato donde no encuentra retorno económico pese a lo mucho que están invirtiendo y, además, la firma de Varese se aventurará en Moto2 como fabricante de chasis con Forward Racing para 2019.
Con la ausencia total de Suzuki y Honda (que ni están ni se les espera) en Supersport, la llegada de una marca como Triumph podría ser más que bien recibida por Dorna. Veremos lo que ocurre, pero de momento nos toca esperar.