Si ayer hablábamos del aparente estado mental de Keanu Reeves al que parece que se le está yendo la olla, hoy queremos hablarte de su marca. Arch Motorcycles poco a poco se va asentando con una apuesta muy subjetiva y el pasado EICMA 2017 anunciaron la más cara y radical de sus creaciones.
Entonces sólo mostraron un par de renders pero finalmente el misterio de la conocida como Arch Method 143 se ha ido desvelando. Fiel a su particular estilo, esta cruiser deportiva se ha creado en colaboración con Suter (con quien han firmado un acuerdo de colaboración) y su carta de presentación es demoledora: 23 unidades, cada una con 2.343 cc y sobredosis de fibra de carbono.
Arch Motorcycle Method 143
Si las Arch son unas motos de un aspecto realmente poco común, la Method 143 se mantiene ligada a la visión power cruiser de la firma del actor de Matrix, con la salvedad de llevar su aspecto un paso más lejos aún de los convencionalismos.
La carrocería es algo más voluminosa que las utilizadas en las Arch KRGT-1 y 1S, pero lo más llamativo es la línea horizontal que siguen sus formas. El conjunto depósito/asiento/colín simulan ser una pieza única que ha sido tallada sobre aluminio ligero.
Al mismo tiempo todo tiene una cierta cohesión, dando continuidad a las líneas marcadas por la máscara del faro delantero en los bulbosos laterales del depósito que encierran sendas tomas de aire y con un aspecto muy parecido a la quilla inferior.
Bajo este traje se encierra un motor poco habitual para este tipo de moto, ya que la elección ha sido un bicilíndrico a 45º refrigerado por aire S&S (como los del resto de la gama) pero con una cilindrada elevada hasta los 2.343 centímetros cúbicos. Como de costumbre, no han declarado cifras de potencia ni par motor, pero el sonido que salga del escape doble de titanio tiene que ser exagerado.
Para ensamblar la estructura principal se ha recurrido a un exótico chasis monocasco de fibra de carbono con una cuna inferior que se complementa con el subchasis de aluminio. Las ruedas se unen al resto del conjunto con un basculante monobrazo de aluminio elaborado por Suter en la parte trasera y una horquilla invertida carrozada con fibra de carbono. Ambas suspensiones son Öhlins pata negra.
Las piezas exóticas no acaban ahí porque las llantas son una pareja de enormes piezas BST de fibra de carbono con diseño de hélice que canalizan el aire y los frenos equipan un conjunto ISR con pinzas radiales monobloque de seis pistones sobre discos flotantes en el eje delantero. Las ruedas son una pareja de Michelin Pilot Power RS como los que probamos en Catar el año pasado.
Sólo se crearán 23 unidades de esta atípica bestia, cada una de las cuales tendrá la posibilidad de modificarse bajo los requerimientos de cada cliente que esté dispuesto a pagar los más de 100.000 euros que costará cada una de ellas y que le valió el honor de meterse entre nuestras motos más caras de 2017.