Hace unos meses nos hacíamos eco aquí mismo del estudio de movilidad urbana en Barcelona, que mostraba el gran crecimiento que ha tenido la moto en estos últimos años, llegando a representar hoy en día el 40% de los desplazamientos en vehículo privado. La verdad es que no es ninguna sorpresa, ya que basta observar en cualquier semáforo de la ciudad para darse cuenta del peso que tiene la moto en la movilidad urbana de Barcelona.
De hecho, ayer me entretuve en contar un rato el tráfico bajo mi oficina en el centro de la ciudad, y me apareció el sorprendente porcentaje de que 6 de cada 10 vehículos eran motos. Imagino que en el centro de la ciudad todavía debe ser más marcada la tendencia a desplazarse en motocicleta.
Pero en cualquier caso, la moto es una parte indisoluble de la movilidad urbana en las ciudades. Gracias al poco espacio que ocupan en las calles, comparándola con un automóvil, ayudan de forma decisiva a la fluidez del tráfico y la descongestión de las calles. La paradoja es que gracias a los que circulamos diariamente en moto, los propios coches circulan más fácilmente. Si un día hiciéramos huelga de motos y sacáramos los coches a las calles el atasco seria monumental.
Además, está sobradamente probado que las motos son un vehículo menos contaminante que el automóvil. Especialmente, las pequeñas motos urbanas y scooters que pueblan la ciudad. No hay color.
También hay otras ventajas como permitir desplazarse con facilidad a muchas personas que no tienen buenas comunicaciones de transporte público entre sus hogares y sus lugares de trabajo y que no podrían desplazarse en coche por las limitaciones de aparcamiento existentes.
Además, las motos también tienen un menor coste por kilómetro, lo que en épocas de crisis como la actual es importante. Ahorro individual para los usuarios y ahorro colectivo en la factura petrolífera española.
Por todo ello, la moto debe ser percibida como una solución eficiente para la movilidad urbana, que ayuda a hacer la ciudad más habitable y agradable. ¡Las ciudades con mayor número de motos circulando son afortunadas de que eso sea así!
Sin embargo, sorprende la actitud de una ciudad puntera en número de motocicletas como Barcelona, en la que los responsables municipales se pronuncian repetidamente sobre la presencia de las motos como un problema, incapaces de ver los beneficios que provocan a la movilidad. Dicen que "Demasiadas motos se convierten en un problema" confundiendo la necesidad de gestionar el tráfico y de adaptar las infraestructuras a las necesidades de las motos con problemas. Miopía.
En un próximo artículo reflexionaremos sobre la adaptación de las infraestructuras a las motos. Hasta ahora se ha hecho muy poco. Poquísimo. Somos las motos que nos hemos acostumbrado a utilizar unas infraestructuras pensadas para coches. Y ya es hora de pensar que las calles son un espacio compartido.
En moto22 | La moto desplaza al automóvil en Barcelona