El autor del vídeo comenta que el sonido de esta Matchless G50 recién preparada para carreras de motos clásicas es cómo si se hubiese desencadenado el final del mundo. Ese sonido "marrón" lo cataloga cómo algo tan intenso que hiere en lo más profundo de tu cuerpo y te hace descontrolarte un poco. Quizá los que vivimos en la zona de Levante estemos acostumbrados a este tipo de sonidos atronadores, pero no dejan de sorprenderte cuando te los encuentras en ambientes en los que no lo esperas.
En mi experiencia cuento con dos situaciones de este tipo, una en Calafat en 1992, cuando estaba por los boxes haciendo fotos de una prueba de motos clásicas y tras de mi arrancó una moto del mismo modelo que al del vídeo. Era una Matchless G50 del señor Pere Auradell y que estaba como a cinco metros de mi. primero me volví porque los pulsos del escape me golpeaban la espalda cómo si alguien me estuviese tocando. Después llegó el fin del mundo con ese enorme monocilíndrico rugiendo a través de su megáfono.
Mientras intentamos solucionar el bloqueo del servidor de VIMEO podeis ver el vídeo en Visordown. Discupad la molestia.
La segunda vez que viví una situación parecida fue en una pista de aeromodelismo cuando arrancaron un pulsorreactor. De repente aparecí tres metros más atrás de dónde estaba sn ser consciente de haber dado esos pasos. Ahí se volvió a acabar el mundo.
Retomando el tema que nos ocupa, la moto que veis en el vídeo acaba de ser reconstruida y preparada para participar en carreras de clásicas. Cuentan que en ella han utilizado más titanio y magnesio que en algunos motores del mundial de Superbikes. Así no es de extrañar que hayan pasado de los 36 CV de la moto original a 52 CV a 8.500 rpm. ¡Y estamos hablando de una mecánica original de 1960!
Sube el volumen de los altavoces y dale al play, el sonido lo merece. Pero en cuanto puedas pásate por un circuito a ver una de estas en vivo y verás lo que es un sonido "marrón"
Vía | Visordown Foto vía | Wikimedia Commons
