Ya hemos comentado en alguna ocasión que la firma japonesa tiene en la Kawasaki W800 (y la anterior 650) una de las mejores bases clásicas para que un preparador se arranque una preparación única de esas que tan de moda están. Su chasis y los comedidos propulsores bicilíndricos en paralelo que montan, se prestan a realizar creaciones en todos los estilos.
Algo que se prueba a través de la ingente cantidad de modelos diferentes que Deus Ex Machina, la marca que engloba a unos cuantos de los más afamados preparadores del planeta, ha creado en los últimos años. Ahora que las W han llegado a su fin, recogemos por estilos casi una treintena de las mejores customizaciones que han realizado.
¿Matar a las W es una buena decisión?
Scrambler, tracker, brat style, café racer o bobber. Cualquier estilo que quieras marcar sobre una Kawasaki W es muy sencillo de llevar a buen término. Jeremy Tagand, uno de los preparadores más reputados de la firma australiana, especializado precisamente en este modelo, lo ha demostrado de sobra.
Tagand tiene un currículo al respecto que puede considerarse más que dilatado, pues buena parte de los modelos que Deus ha sacado están fabricados por sus manos. A excepción de unos cuantos desarrollados fuera de Sidney por el otro grande del templo de la motocicleta: Michael ‘Woolie’ Wooloway.
Con este único y maravilloso elenco en dos ruedas los de Kawasaki podrían no haber tomado la mejor decisión dando término a un modelo con más de 50 años de historia en un mercado donde todo lo retro funciona por inercia propia. Otras marcas como Yamaha están actuando de forma inversa. Los de Iwata recuperaban hace poco la SR400.
Neo-retro contra clásicas
Es cierto que los japoneses tendrán con la nueva Kawasaki Z900RS un modelo neo-retro que vendrá a suplir en cierto modo la retirada de la última Kawasaki W800. Aquella icónica moto que comenzó su andadura en el mercado en 1966 con la W1 y con un motor de 650 cc con 50 cv de potencia. Tiene buena pinta y promete, y seguro que triunfa en el mercado, pero no se trata sólo de eso.
Aún así y aunque las marcas arrojen nuevos modelos preparados para facilitar su transformación (modelos como el BMW R 1200 Nine T, Ducati Scrambler o las Yamaha XSR) las posibilidades que da usar una base clásica en un proceso artesano nunca serán las mismas que adaptar componentes fabricados por la industria auxiliar rollo plug&play.
Una cosa está más que clara y es que con su retirada de la producción, si tienes una Kawasaki W800 o una W650 nueva o vieja y arrumbada por ahí, ya tienes un tesoro susceptible de convertirse en algo tan exclusivo e individual como tu imaginación o como la de tu preparador favorito pueda tener.
Café Racer, las plaga de las cafeteras
Vamos al lío. Son las café racer las motos que más abundan entre las preparaciones de la Kawasaki W que Deus Ex Machina ha realizado. Nada menos que 11 distintas con las que hacer un viaje muy completo y estético a través de las posibilidades de personalización de la clásica japonesa con una inmensidad de elementos diferentes que se pueden implementar sobre ella.
Podemos verlo por ejemplo en dos preparaciones tan próximas en estampa como en nombre, la Alloy W650 Cafe y Alloy W650 Cafe MKII. Bastante distinta es la Gliceur Noir, una Kawasaki W650 con un marcado estilo de cafetera francesa con tonos mates, satinados y brillo negro. Imposible que no llame la atención de cualquiera.
Deus Fiddler, una de las gestadas por Michael Woolaway, muy en su estilo. La que vendría a ser algo así como ‘La Vagabundo’, presenta una ganancia en volumen tras pasar por las manos de Woolie. Monta componentes de otras motos clásicas sacadas de marcas como Aprilia, BMW o KTM para un resultado elegante y muy británico.
Scrambler, tacos y diversión
Choca un poco que Deus tan sólo cuente con cuatro transformaciones de tipo scrambler sobre la Kawasaki W, sobre todo si tenemos en cuenta que la propia geometría de la japonesa invita a scramblerizarla fácilmente. Es de los estilos más agradecidos ya que se puede conseguir incorporando cuatro cosas como en la The Hunter Gatherer. Oscura, ruda y presencia imponente.
La siguiente en la que detenernos es la Orsini Viper, una construcción realizada por Jeremy Tagand en Sidney, casa madre de la marca. Mucha atención al detalle, funcionalidad y un marcado estilo francés (está construida en colaboración con Ben Marigot, de Deus Ex Machina Francia) es lo que trae esta serpiente de color verde oscuro lista para deslizarse en carretera y pista.
Midnight Rambler, otra obra del australiano sobre la Kawasaki W650 y destinada como ellos describen para el “asalto urbano”. Además del moderno diseño, equipa una rica mezcla de ingredientes con suspensión ajustable, motor en negro o un sistema de escape recubierto de cerámica.
Wishbones, otra W650 scramblerizada por Tagand y que aún montando neumáticos de tacos incorpora características de una tracker, como un peso aligerado al máximo y un escape bajo en vez del típico escape a media altura de scrambler. Perfecta para la ciudad y también para disfrutar sacando todo su sabor fuera de ella.
Bobber, lo más yankee
No son muchas las que suman, pero todas las transformaciones bobber sobre la W son muy vistosas, dos de ellas por estilo y las otras dos hasta lucen una colorida y llamativa decoración. Estilo minimalista y la inevitable modificación del chasis para conseguir un buen resultado en uno de los estilos yakees más puros.
La Pegasus es la primera bobber que llama nuestra atención. No tendrá alas como el mítico caballo alado pero ahora la modificada Kawasaki W monta ruedas de radios de 21 y 17 pulgadas delante y detrás respectivamente que le sientan genial. El depósito de combustible de una Yamaha SR400 y su motor con un toque de satén en negro, le dan un fuerte carácter propio.
Por otro lado, es Le Moulin Rouge la que saca matrícula de honor en lo de llamar la atención. En ella no sólo se quedaron en mejorar estética y parte ciclo, la vistosa creación también tiene su propulsor (el de una W650) modificado. El cliente quería exprimir al máximo el fiable motor de la Kawasaki y Deus lo llevó hasta los 730 centímetros cúbicos.
Las otras dos preparaciones en este estilo son la BobberSake, otra W de 650 cc donde forma y función se unen en una típica bobber con la que disfrutar de los relajados paseos que te ofrecen las interminables carreteras australianas, y por último la The Sacred Cow, similar a la Bobbersake pero con los frenos de tambor y con un tanque de gasolina que procede de una Triumph T120.
Tracker, la deriva urbana de las flat
Llevan un tiempo pegando fuerte, pero este 2017 parece haber sido el año de las preparaciones flat track. La Elegant Mongrel es la primera de las tracker fabricadas por Tagand en la que merece la pena detenerse un momento.
Diferentes géneros se unen para crear una moto única con alma urbana con reminiscencias de los óvalos de tierra. Llama mucho la atención su contenida estampa fruto de acortar la distancia entre ejes mediante un basculante de Yamaha SR400, un escape recto cilíndrico y un conjunto minimalista de depósito-asiento-colín. Aspecto clásico basado en la pinta que tenían las BSA.
Woolie no podía ser menos y también tiene su corredora urbana, la Sevenish es la suya. Por supuesto presenta el marcado carácter artesano que su autor va dando a todo lo que sale de su garaje de California. Llamada así porque es una transformación basada en las películas del agente secreto del servicio británico con licencia para matar: James Bond.
La propia denominación de la The Blue & White W650 Street Tracker ya cumple con lo que promete en su nombre. Una tracker urbana terminada en toques de azul metálico y blanco a la que se la ha sometido a una profunda reestructuración basada en cortar todo lo que no se necesita.
Por último un homenaje a la NASCAR (National Association for Stock Car Auto Racing) en los colores que presenta la Street Tracker STP. Otra Kawasaki W con el motor de 650 cc en la que cabe destacar sobre todo lo bien vestida y terminada que está con los neumáticos Pirelli Scorpion de balón que monta, los colores clásicos y el escape deportivo 2 en 1.
Brat style, las cómodas hibridaciones
Llegamos a las últimas cinco preparaciones de Deus con la Kawasaki W que os vamos a enseñar dentro de lo que sería el brat style, los híbridos con elementos de casi todos los demás estilos. La primera de todas ellas es la Raposa Prata, una elegante y pulida modificación en la que todo refleja como en un espejo. Inicialmente despojada ‘hasta el hueso’ por Tagand, tiene las características esenciales de este estilo nacido en Japón.
The Different Twins son las siguientes. Las gemelas diferentes se gestaron en el templo italiano de Deus Milán y sobre dos unidades de su última tirada, la Kawasaki W800 Final Edition de 2016 en negro. La diferencia entre ellas está en mínimos detalles de pintura. Ambas tienen el tanque de gasolina en aluminio, guardabarros, asiento y escape hechos a mano y suspensiones Öhlins que les dan ese toque aún más exótico.
The French Connection, otra inspirada por el mundo del cine. La brat fabricada en Sydney por Tagand y encargada por el exmundialista Randy De Puniet homenajea a la película de mismo título de 1971 que protagonizaba Gene Hackman y con la que ganó el Oscar al mejor actor. Una preciosidad en naranja, negro y blanco.
Las Blue Swingbob y Major Bloodnok son las últimas Kawasaki W de esta extensa lista de creaciones sobre esta base clásica. La primera deriva hacia unos aires bobber que se reflejan en su bastidor modificado, asiento individual, caja de batería y manillar hecho a mano entre otros elementos.
Por último llegamos a la The Major Bloodnok, cuya base ha sufrido una “importante cirugía” sobre todo en el subchasis y que presenta los elementos que caracterizan este estilo a la perfección tales como la posición cómoda que le otorga la altura de su manillar o el asiento plano estilo tabla.
Hasta aquí llegamos repasando las transformaciones más curradas sobre la Kawasaki W800 y W650 de Deus Ex Machina. En la siguiente galería podrás hacer un repaso visual por todas y cada una de ellas a lo largo de casi un centenar de fotos a modo de homenaje para una moto que echaremos mucho de menos.
Fotos | Deus Ex Machina