He de reconocer que cuando llegué a Harley-Davidson Asturias y ya tuve la Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK delante, en la calle lista para partir con ella, me sentía un poco intimidado. Tengo experiencia con motos de similares características, como por ejemplo una de sus competidores, la Victory Vision Tour que probé hace tiempo. Pero el tamaño y dimensiones de las motos de este segmento siempre me producen un gran respeto.
Porque pensando fríamente en sus cifras, en marcha seremos como medio SEAT Ibiza pero con una pata de cabra lateral montada. Hablamos de 414 kilos en orden de marcha a los que hay que sumar los más de 80 míos con toda la equipación. En total, pasamos por poco de la media tonelada y llegamos a los 600 si montamos un pasajero detrás. Y todo esto sin equipaje así que si alguien piensa que es llegar y besar el santo está equivocado. Puede acabar vencido por su peso si no tiene las cosas muy claras.
Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK, ¿la saltamos o la rodeamos?
En esa tesitura me encontraba yo ya preparado para subirme, pero colocado en el lateral por el que no me gusta montarme en una moto. Y es que uno tiene sus manías. ¿Qué será más rápido? ¿Salta o rodearla? Porque lo segundo me va a llevar un cachito... Como no me siento extremadamente ágil, decido dar la vuelta aprovechando para echarle un último vistazo a sus líneas.
Ahora sí, nos colocamos a sus mandos percibiendo que el asiento está muy bajito, ideal para apoyar con firmeza los dos pies en el suelo. La postura es extremadamente cómoda, con todo al alcance de nuestra mano y con un control absoluto de lo que ocurre. Además, los pies descansan relajadamente en las plataformas y, por primera vez, probaremos el cambio de puntera-tacón tan extendido en estos modelos de moto.
Tras un par de pistonadas contundentes, el Twin Cam 103 del que hablábamos ayer cobraba vida. Fuera mito de vibraciones y demás tonterías que dice gente que no se ha subido en una en su vida. No hay más movimiento que en cualquier otro bicilíndrico de alto cubicaje. Y eso al ralentí porque en marcha inmediatamente dejamos de percibirlo.
El cambio puntera-tacón necesitó un pequeño periodo de adaptación por nuestra parte. Cómo siempre se maneja pisando, ya sea para bajar o subir, hay que acordarse de que para meter primera se pisa en la palanca más alejada porque si no, saldremos en segunda. Pero da igual, hay tanto par motor que le da lo mismo. Yo creo que si nos lo llegamos a proponer, salimos con ella en quinta velocidad.
Entramos en la ciudad, un lugar en el que está un poco desubicada. O no porque como moto escaparate, ideal si tienes vergüenza, no tiene parangón. A pesar de lo grande y pesada que es, en marcha y a baja velocidad se maneja con relativa soltura. El motor es muy elástico y no hay que estar pendiente del embrague y además, el nuevo sistema de frenos ABS con sistema combinado electrónicamente permite que si, por ejemplo con la dirección girada tocamos el freno delantero, la moto no cabecee en exceso ya que también tendremos frenada atrás automáticamente.
Los problemas vienen en maniobras, cambios de sentido y otras acciones parecidas. Primero porque aunque tiene un radio de giro muy bueno, si llevamos la dirección a tope, una de las punteras del manillar nos queda muy alejado. O somos grandes o bracilargos porque si no tendremos que adelantar el cuerpo para llegar cómodamente.
El otro problema es acostumbrarse a compensar con el cuerpo la falta de efecto giroscópico si estamos girando, porque si no acabaremos vencidos por el peso. En eso, las gymkanas de los policías americanos son un buen ejemplo y para muestra, un botón el vídeo anterior.
Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK, carretera y manta
De nuevo nos asaltan las dudas ya que las carreteras para donde la Harley-Davidson Ultra Limited FLHTK se movería de forma ideal, con largas rectas, y las que tenemos en Asturias no son precisamente de ese tipo. Así que, con tranquilidad dejamos atrás la ciudad y nos adentramos en carretera.
Pero tenemos sorpresas y es que a pesar de su tamaño y peso, se desenvuelve maravillosamente bien. Incluso mejor que, por ejemplo, la Night Rod Special que probamos allá por el 2008. No puedo hacer comparativa con modelos anteriores pero parece que la mayor rigidez delantera hace bien su trabajo y, al menos, la rueda nos cuenta qué está haciendo y lo que está pisando en todo momento.
Su amplio manillar nos permite remar de una curva a otra, moviéndola con mucha facilidad y de una forma muy neutra. Vale que no podemos dudar a la entrada, y rectificar en medio de la curva tampoco va con con ella. O que las inercias debemos tenerlas muy presentes en todo momento. Pero es mucho más sencilla de conducir de lo que podíamos pensar viendo su voluminosa estampa.
Al igual que nos pasó con la Harley-Davidson Sportster Iron 883, hay que destacar en el conjunto la buena actuación de los frenos, tanto el delantero como el trasero. Cuando apretamos la maneta o pisamos el pedal, tenemos mordiente y potencia de frenado más que suficiente para movernos con seguridad. Era algo que esta marca necesitaba urgentemente y lo han conseguido.
Como os podéis imaginar, tanto por posición como por protección aerodinámica su puntuación roza la perfección. Carenado envolvente con el que prácticamente no nos pega el aire en ninguna parte de nuestro cuerpo, incluyendo el casco, y unas suspensiones que filtran hasta el más mínimo bache de la carretera y nos lleva como si de una alfombra mágica se tratase.
Y si es así en carretera, no me quiero ni imaginar mañana cuando rodemos por autopista. Se nos va a quedar pequeña Asturias.
Continuará...
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