El ser humano es un animal social, necesita de la integración en un grupo y de su aceptación para conseguir sentirse realizado. Puede que este sea uno de los motivos que llevan a algunos motoristas a formar una piña con compañeros con las mismas afinidades y, claro, cuando se juntan muchos (cada uno con una cámara de vídeo) la testosterona hace de las suyas y acaban pasando cosas.
En un alarde de estupidez supina los conocidos como stunt riders de calle (vamos, los que dicen que hacen stunt pero sólo hacen el idiota a una rueda en vías públicas), este vídeo nos enseña toda una constelación de maniobras sancionables y actitudes reprochables en plena calle. Al final todo es una cuestión de prioridades, y no hay que esperar demasiado para tener un susto.
Ir en un grupo grande y sentirse "protegido" no da derecho para saltarse las normas, y menos aún ocupar una intersección en la forma en que lo hacen para hacer caballitos en círculos. Puede que los que aparecen en este vídeo conozcan el reglamento, pero desde luego que deberían aplicarlo mejor. O, en su defecto, que los agentes de tráfico procedan a castigar estas acciones.
Por suerte para los demás, el incidente sólo implicó al piloto que termina en el suelo, quien por cierto no llevaba más que el casco y unos guantes. Supongo que habrá vuelto a casa con algún que otro recuerdo en la piel, pero seguro que insuficiente para que deje de hacer el tonto.
¡Qué pena de motos!