Ese día “casi” perfecto empieza como el de cualquier otro, con el maldito despertador sonando a una hora intempestiva. Bueno, quizá las 8:45 no sea muy intempestiva, pero es temprano. Tras el aseo personal, el desayuno y demás cosas mañaneras llega ese momento que todos esperamos, el rato que conducimos nuestra moto hasta el trabajo.
Ese trabajo que nos esclaviza por un lado, pero que nos sirve a todos para conseguir ese dinerito necesario para seguir “dándole de comer a la burra”. Llega la hora de salir y de subirse a la moto para dar una vuelta y seguir haciendo lo que más nos gusta, conducir nuestra moto. Y si además lo haces como el paisano del vídeo es que lo tuyo es casi de profesional.
Sólo falta incluir en este vídeo lo que muchos llaman el tercer tiempo, que es cuando te bajas de la moto y compartes con los amigos tu afición. Porque no nos olvidemos que esto de las motos es una afición que se mete en la sangre y ya no puedes quitarte, ni con la medicina más fuerte de la farmacia. Ah, y este piloto no es familia de nuestro Morrillu, aunque no debe andar muy lejos.
Vía | Derestricted