Jugársela al manillar de una moto ya es de por sí arriesgado, y tienes una alta probabilidad de que la policía te acabe trincando. Pero si además de hacerlo lo subes a las redes sociales, entonces tienes más papeletas para que te trinquen que comprar un boleto de lotería en Doña Manolita.
Es lo que le ha pasado a un 'instagramer' que publicaba sus hazañas al manillar de una Aprilia. Ir a 300 kilómetros por hora en plena M-50 era solo una de sus tantas temeridades. Y ahora lo va a pagar caro.
Acabó con la policía en su casa, y engrilletado
Lo que se publica en las redes sociales no queda impune de nada. Y aunque no provoques a nadie, hay muchos usuarios que se indignan por estos comportamientos, como es normal. Pues a la policía le llegó el 'chivatazo' de este motorista a través del correo redesabiertas@policia.es.
La Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional empezó una investigación para identificar al motorista que subía todo tipo de vídeos a las redes sociales. No fue muy difícil teniendo en cuenta lo digitalizado que está el mundo hoy en día.
Entre sus publicaciones hay todo tipo de jugadas maestras. Pero la más fuerte fue la de ponerse a más de 300 kilómetros por hora en plena M-50, una vía limitada a 120 kilómetros por hora... Sí, superaban en más del doble el límite permitido. Pero también llegó a ponerse a 280 km/h en zonas de 90 km/h incluso a 115 en una zona limitada a 50.
El motorista creía que le sería fácil burlar a la policía cada vez que cometía una fechoría. Pero qué va. Su idea consistía en doblar la placa de matrícula para obstaculizar su identificación.
A decir verdad, en la nota policial sí que admiten que eso dificultó la identificación, pero su premeditación se pagará cara porque le acabaron trincando.
Los agentes acabaron identificando al motorista gracias al rastreo del modelo de moto y su nombre y usuario asociado en las redes sociales. Total, que los agentes de la Policía Nacional se presentaron en su casa, en Parla, y acabó engrilletado y camino a los calabozos.
La broma de grabar este tipo de cosas le va a salir cara. Además de la correspondiente multa por superar, y por mucho, los límites de velocidad (600 euros y seis puntos), también se enfrenta a un delito contra la seguridad vial, que puede venir acompañado de penas de prisión. Y por supuesto, adiós al carnet de conducir de uno a cuatro años.