Perder la movilidad no significa perder la pasión, aunque muchas veces, en las motos, una cosa lleve implícita la otra. Que se lo digan a Jacob Davies-Pyke, un motero de pura cepa que, tras un accidente en 2022 que lo dejó paralizado de pecho para abajo, ha demostrado que las ganas de montar pueden superar cualquier obstáculo.
Apenas unos meses después de obtener su particular licencia (que no es de moto, aviso), ha conseguido el carnet completo para su trike con el objetivo de revivir la pasión motera. Y lo ha conseguido.
De una moto de dos ruedas a otra de tres
En diciembre de 2022, la vida de Jacob dio un vuelco brutal. Un accidente grave de moto le causó lesiones irreversibles en la médula espinal y, con ello, la certeza de que no volvería a caminar. Pero en lugar de hundirse, decidió centrarse en lo que podía recuperar: su independencia sobre dos (o, en este caso, tres) ruedas.
“Antes del accidente, la moto no era solo un medio de transporte para mí, era mi forma de vida”, recuerda Jacob en unas palabras que son entendibles para todos los que aman el mundo de la moto. “Me daba una nueva dimensión en mi día a día, algo que no estaba dispuesto a perder”.
Así que con esa determinación, incluso antes de salir del hospital, ya estaba investigando qué opciones tenía para volver a la carretera. Su solución: un Can-Am Spyder adaptado a sus necesidades.
La elección de vehículo, que no siendo una moto, estaba clara, pero el proceso para obtener el carnet fue otra historia. Encontrar una autoescuela que pudiera formarlo con un trike adaptado no fue nada fácil. La mayoría de los centros no estaban preparados para ello, y las negativas se acumulaban hasta que dio con Phoenix Motorcycle Training.
Con esfuerzo, entrenamiento y mucha determinación, logró aprobar el examen, obteniendo la licencia para vehículos de tres ruedas con el fin de retomar esa pasión y libertad que ofrecen las motos.
Ahora, con su carnet en mano, Jacob vuelve a sentirse libre: “Puedo recuperar la independencia que sentí que había perdido para siempre”, afirma. Su historia es un recordatorio de que la pasión por las motos no entiende de límites físicos, y que con la actitud adecuada, siempre hay un camino de vuelta a la carretera. Y de que, como él dice, las motos son "libertad, independencia".
Imágenes | Phoenix Motorcycle Training y Can-Am