Hace unos años, quizás, Shane Byrne no habría sido santo de mi devoción. Quizás incluso habría sido objeto de duras críticas, no sin razón. Pero de nada sirve anclarse al pasado y cerrar los ojos ante los cambios. Sus tres títulos como campeón del British Superbikes, la temporada en MotoGP o Superbikes y un fuerte carácter old school han marcado la carrera del británico. Shakey es uno de esos personajes villanos: el auténtico Dos Caras.
No es un mal tipo, para nada. A sus 34 años Shakey decidió abandonar sus aspiraciones a nivel internacional para volver a Reino Unido como ídolo de la afición, luchando una vez más por la victoria, saboreando el éxito antes de una posible retirada de la competición. Sin embargo, esa imagen de buen marido y mejor padre concentrado en su trabajo contrasta sobremanera con el Shakey de 20 primaveras.
A esa edad el de Londres era, para entendernos, un auténtico quemado. Era uno de los probadores que la revista FastBikes Magazines tenía en nómina y junto a sus compañeros protagonizaron durante tres temporadas – si la memoria no me falla – los largometrajes de nombre How to Pull Wheelies and Influence People. En ellos, el equipo de FastBikes se recorría el sur de Europa y los Grandes Premios de MotoGP a lomos de las mejores máquinas del momento: Ducati 996, Suzuki TLR, Honda VTR… pero su conducción quedaba muy lejos de ser mínimamente legal.
Para la historia de los quemadillos y las conversaciones de Joe Bar han quedado duelos como el de la flamante Ducati 996 contra la Bimota SB8R por las carreteras del Mediterráneo. Líneas continuas pisadas, invasión del carril contrario, caballitos, ritmo frenético y velocidad. Más o menos lo mismo que cualquiera con una GoPro y ganas de jugársela hace hoy, pero con estilo y técnica; pues no cualquiera se pasa la vida viviendo de dar gas a una moto. Al final del vídeo, por cierto, veréis lo que suele ocurrir en estas ocasiones.
De esa vida paralela a la realidad, alocada y obviamente peligrosa, le sacó Paul Bird, quién después de una prueba en Brands Hatch decidió darle una oportunidad en el BSB. Circuito, curiosamente, convertido en talismán desde entonces. Y vaya si mereció la pena, el dúo tiene ya tres títulos en sus estanterías – y a por el cuarto –.
Quizás la competición a nivel profesional y haber conocido a su mujer, con quien ya tiene dos retoños, le hayan convertido el respetado piloto y caballero que es hoy.
En la última ronda del British Superbikes 2012 en Brands Hatch pilotos como Tommy Hill, Josh Brookes y el propio Shane lanzaron al público su indumentaria: botas, guantes, mono etc… Resultó que una de las botas del recién coronado campeón generó una situación bochornosa. Por lo que parecía en televisión, alguien se la arrebataba entre golpes a un niño que después, lloraba desconsolado.
La "Bootgate" llegó a las redes sociales, primero para aclarar lo sucedido y segundo para encontrar a ambos: niño y "agresor". Más de mil comentarios y centenares de retweets después dieron con ambos aclarando que no hubo ningún tipo de agresión.
Shakey, que fue uno de los que movieron la campaña de búsqueda, se acercó a las instalaciones del circuito a finales de octubre para regalar al pequeño Taylor unas cuantas vueltas a bordo del safety car, un Nissan GT-R de lo más apetecible. Una historia con final feliz que ha terminado de demostrar que el Shakey de los caballitos sin casco por las ciudades del sur sólo aparece ya en circuito para dar cera a sus contrincantes. Quemado y caballero, todo en uno.
Foto vía | BSB