Cuando en la autoescuela nos estamos sacando el carnet, eso de dejar suficiente distancia de seguridad con el vehículo no es una manía persecutoria de los profesores. Un frenazo inesperado y los cientos de miles de euros que cuesta tu moto, al garete.
Es el ejemplo que nos llega desde Estados Unidos, donde en tan solo unos segundos y a causa de un frenazo en medio de la autopista, un motorista se come a un coche. Resultado: una Kawasaki ZX-6R prácticamente para el desguace después del golpe.
El motorista acabó con el brazo roto al salir catapultado de la moto
El joven que publica el vídeo llevaba una cámara deportiva de 360º instalada en el carenado de la moto, por lo que mejor vista, imposible. Tal y como relata, sale justo del trabajo y va hablando con su novia a través del teléfono por medio del intercomunicador. En ese momento se mete en la autovía y tal y como se puede ver en el velocímetro, alcanza los 70 mph (cerca de 110 km/h).
La tragedia sucede en cuestión de segundos: un Ford circula delante de él, cuando sin saber el motivo, pisa el pedal del freno bruscamente. El problema vino cuando el motorista, que no guarda una gran distancia de seguridad, intenta parar la moto en seco.
Abusó del freno delantero y la moto le hizo un ‘wheelie’ invertido. Sin tiempo de reacción ni distancia de frenado suficiente acabó saliendo catapultado de la moto en plena autovía. El exceso de freno delantero hizo que la moto volcase frontalmente
El conductor ni siquiera paró, no se sabe si por no haberse dado cuenta (la moto no llega a tocar el coche en ningún momento) o bien porque escapó. Tras el fuerte golpe a algo menos de 100 km/h acaba por los suelos; el resultado fue el brazo roto, aunque en el vídeo se puede ver cómo se levanta y camina por su propio pie mientras es ayudado por el resto de conductores.
El disgusto fue mayúsculo: la flamante Kawasaki ZX-6R que acababa de estrenar terminó siniestro total. Al dar una vuelta aterrizó con la parte trasera y destrozó completamente el carenado, el colín y llegó a dañar el chasis.
La peor parte es que no hay recorrido legal en todo esto. Tal y como informó posteriormente el dueño, contactó con la polcía para denunciar al conductor del SUV, pero no pudieron hacer nada por identificarle: “Me han dicho que no hay nada que hacer”. Así que perdió unos miles de dólares reparando la moto, un brazo roto y un susto bastante importante.
Moraleja: la distancia de seguridad, importantísima
En este caso podemos sacar dos moralejas y dar un par de consejos al conductor de la ZX-6R. La primera de ellas es la distancia de seguridad. Cuando parece que nunca va a pasar, destrozas tu Kawasaki de más de 12.000 euros en un par de segundos, por ello siempre hay que dejar una distancia de seguridad mínima de 100 metros en autovía.
Recordemos que un vehículo que circula a 120 km/h por la autopista recorre 33 metros cada segundo, 100 metros en 3 segundos. 100 metros es la distancia mínima que deberíamos dejar, e incluso algo más. Aunque en nuestro país no hay distancia de seguridad regulada entre una moto y el vehículo de delante, lo mejor es dejar 3 segundos entre ambos vehículos.
El problema de la distancia de seguridad aumenta cuando circulamos detrás de un coche alto porque perdemos visibilidad de lo que hay delante. Un ejemplo más claro, imposible. El motorista de la Kawasaki no pudo adelantarse a lo que había delante al no verlo por el tamaño del SUV.
La segunda moraleja es utilizar la frenada combinada en caso de ser posible. Si abusamos del freno delantero uno de los efectos queda bien claro en el vídeo: un ‘wheelie’ invertido. Y eso si tiene ABS; si no lo tiene la rueda delantera se acabará bloqueando en caso de frenada de emergencia e irte al suelo será cuestión de mucha experiencia para intentar evitarlo. Tampoco conviene abusar el freno trasero, ya que no es tan eficiente como el delantero y acabará provocando que derrapemos en vez de frenar la moto en seco.