Un día te despiertas, y te das cuenta de que tienes 30 años, has dormido al lado de la carretera dentro de un túnel en Italia, has vendido todas tus cosas y has llegado al número máximo de amigos permitidos en Facebook. Esto puede parecer una locura, así, a bote pronto, pero es que Nikki Misurelli ha recorrido sola más de 28.000 kilómetros con su moto y todo porque su exnovio le dijo que no podía acompañarle porque era un “viaje de chicos”.
Desde que se sacó el carnet de conducir, ha estado usando una Honda CBR600RR para moverse todos los días por la ciudad. En septiembre del año pasado, el que en ese momento era su novio, le contó la idea de lo que podría ser el viaje de su vida, pero no contaba con que ella no estaba dentro de sus planes.
"Si quieres algo lo suficiente puedes hacer que funcione"
Cuando su exnovio le contó que estaba planeando un viaje para ir desde Alaska hasta Argentina, Nikki lo tuvo clarísimo, ella quería acompañarlo porque era toda una aventura, pero la contestación de él, no fue lo que realmente esperaba como recogen las declaraciones al diario Independent.
A partir de aquí, Misurelli se separó de la que era su pareja y se lanzó ella sola a la aventura cubriendo los 19.000 kilómetros que separan Alaska de Panamá sin apenas detenerse en el camino. Para hacerlo, convirtió su Honda CBR600RR deportiva en una moto más apta para todo tipo de terrenos con la instalación de neumáticos mixtos.
Sus aventuras no terminan ahí, porque no solo ha recorrido la costa oeste de las Américas y ha pasado una temporada en América Central, el mes pasado culminó un viaje de casi 9.000 kms por toda Europa pasando por España, Italia, Gibraltar, Portugal, Francia, Eslovenia y Austria, e incluso pisó Marruecos.
Muchos pueden pensar que Nikki ha hecho esto porque le sobra el dinero, pero nada más lejos de la realidad, “no es cierto. No tengo ninguna casa y apenas ninguna pertenencia. Saqué todo mi dinero de la jubilación y he vendido casi todas mis cosas. Es sorprendente lo poco que realmente se necesita en la vida."
En medio de sus viajes, trabaja a tiempo parcial para costearse los gastos y viaja con una tienda de campaña, un saco de dormir, una hamaca y algo de ropa, lo que le ayuda a no planear muy estrictamente cuál será su siguiente viaje, pero tiene claro que duerme donde puede, y le da igual lo que sea, un hostal, una cama, un sofá o la mismísima carretera.
Ella misma se ve como una embajadora, “quiero que las mujeres de todo el mundo salgan y consigan viajar solas". Para ella los viajes por carretera son algo que necesita, aunque no sea el estilo de vida más idóneo para algunos. Ahora, estará una temporada trabajando en América o Australia para poder costearse su siguiente aventura que, parece ser que le llevará a Oriente Medio o el Norte de África.
Creo que no hay mejor expresión que pueda definir el inicio de su primer viaje que un “¡no hay huevos!”
Fotos | Alaska Moto Girl