Última entrega de lo que ocurre u ocurrió entre bastidores en el Dakar 2015. En este caso, hablamos de alegrías y también, como no, de decepciones de aquellos que no han conseguido alcanzar el objetivo que se habían fijado.
¿Os acordáis de cuando hablamos de Santosh Chunchunguppe Shivashankar, el primer indio en participar en el Dakar? Pues ha conseguido llegar hasta Buenos Aires, todo un orgullo para el segundo país más poblado del planeta con más de 1.300 millones de habitantes.
Cuando encienda el móvil, seguro que tengo algunos mensajes. Por lo que me han comentado, se habla de mí en las noticias desde principios de enero.Cuando era niño y miraba el Dakar en televisión, me fascinaban todos esos pilotos que lograban llegar a la meta final. Cuando uno se aventura a participar en una prueba así, no sabes hasta dónde podrás llegar. Cada día es un reto. Es muy duro. Lo más duro ha sido la arena de Chile pero también el fesh-fesh argentino, con ese calor asfixiante. La parte que más me ha gustado han sido las últimas tres etapas argentinas. El paisaje era espectacular.
He abierto una puerta. He mostrado que es posible, que un indio también puede conseguirlo. Espero que en el futuro vengamos muchos más.
Para el único zambiano inscrito en el Dakar, Gregory Reeve, también es un orgullo haber podido terminar, sobre todo en el tercer intento. Y después del duro esfuerzo, el festejo, nada de dormir.
¡Y que la noche dure! No todo el mundo consigue terminar un Dakar.
Han sido dos años duros para él porque en el 2013 se rompía una pierna en la duodécima etapa y el año pasado tenía que abandonar en la tercera por la misma lesión.
He tomado la salida con la intención de disputar la carrera con la cabeza, no solo con un par… Por supuesto, miraba la clasificación todas las tardes, pero sin sentir ninguna presión. He ido más tranquilo y por eso sigo aquí hoy. Aparte de Bolivia y la sal que dejó un poco maltrecha la moto, he aprovechado al máximo. Ha sido una prueba difícil, pero no me quejo en absoluto. Aquí se viene por el desafío. Las dunas, el desierto, la montaña, todo ha sido magnífico.
Sabiendo que el año que viene no podrá estar, el sabor de haber llegado es todavía más dulce.
Es muy difícil conseguir patrocinadores en Zambia”, explica. Y mi profesión, agricultor, tampoco facilita las cosas.
Pero el Dakar 2015 también deja decepciones como la de Alain Duclos, que tenía la esperanza de acabar dentro de los cinco primeros como dijimos hace unos días y, sin embargo, se ha tenido con conformar con quedar fuera de los veinte primeros tras una avería eléctrica en la etapa entre Iquique y Calama.
No se sabe. Se supone que nuestro arnés eléctrico es impermeable. Una gran decepción.
Aunque lo último que puedes hacer es quedarse abatido, sino que hay que luchar por superarlo.
No hay que dejarse abatir, hay que seguir defendiendo los colores del equipo aunque solo sea por vanagloria.
Vía | Dakar