El propio Marc Márquez dudaba de si su equipo tendría listas las camisetas para la celebración después de la carrera. Sabiendo lo improbable que era algo así, nadie creyó que el 93 pudiera proclamarse Campeón del Mundo de MotoGP en el Gran Premio de Japón. Pero sí, el Twin Ring de Motegi fue el escenario de la mayor fiesta en la familia Márquez.
Con el tercer título de MotoGP debajo del brazo para el piloto del Repsol Honda, ya suma cinco títulos mundiales con sólo 23 años. Entre celebración y celebración ha tenido tiempo para hacer un primer balance de cómo ha sido una temporada con muchos factores en contra y en la que al final ha ganado, tal y como predijo Dennis Noyes, el que menos ceros cometiese.
"El principio fue duro, hubo momentos que no me veía campeón"
Has ganado tres mundiales de MotoGP en 4 años. ¿Qué le dirías a los que piensan que ha sido fácil?
Dicho de esta forma, es cierto que se puede pensar que es fácil, pero no lo ha sido en absoluto y cada año es muy distinto. Éste es un deporte en el que no todo depende de uno mismo, hay muchos factores que influyen, desde la moto, la fábrica, el equipo... y todo el mundo debe estar al cien por cien.
No es nada fácil y quizás el aprendizaje del año pasado me costó un título, porque cometí muchos errores y el año que viene seguro que será otra película distinta. Lo importante es ser constante y estar siempre entre los tres primeros.
Hemos visto espectaculares salvadas este año. ¿Cuántas no hemos visto?
Realmente no se ven todas. Incluso en la carrera de ayer hubo una que no se vio por la tele, en la curva 3, en la que me veía en el suelo y la pude salvar. Lo que es cierto es que en la tele sólo se ven las que no sabes ni cómo lo has hecho, porque hay muchas otras que no se aprecian y que podrían costar bastantes caídas.
Se altera bastante el corazón con tantos sustos, pero este año en los entrenamientos he tenido muchas, porque siempre he buscado el límite, para asegurar más en carrera.
Seis ceros el año pasado, éste ninguno, ¿cómo ha cambiado Marc Márquez para recuperar el trono?
He intentado aprender del año pasado y utilizarlo, aunque es algo relativo, porque también influye cómo se encare el campeonato al principio de la temporada. Si consigues una renta, es mucho más fácil gestionarlo.
Cuando cometes un error al principio y se te pone el Mundial cuesta arriba, eso te obliga a arriesgar más. De todas formas, gracias a la ayuda de todo el equipo, es cierto que he aprendido mucho del año pasado para gestionar las situaciones más críticas, sumando puntos muy valiosos.
Sólo tienes 23 años, pero ya acumulas mucha experiencia, ¿te hace sentirte más viejo?
Más viejo no, todavía me veo como un chaval y no me veo un hombre. Sigo aprendiendo, me queda mucho por delante y sé que somos humanos y quizás tropezamos con una misma piedra. Pero es cierto que año tras año se nota la experiencia, no sólo dentro de la pista, sino también fuera.
Vas aprendiendo cómo gestionar la presión los fines de semana de Gran Premio, cómo organizar el día a día en casa, los entrenamientos para llegar preparado a las carreras. Siento que he crecido en esos aspectos.
¿En qué crees que todavía puedes mejorar?
Este año creo que poca cosa, porque hemos hecho un gran año. Siempre hay puntos en los que mejorar, pero si tuviera que ponerme una nota, sería un 9,5. Ese medio punto seguramente me lo dejé en el Gran Premio de Francia, que quizás era un error que no tocaba, o en alguna carrera que también arriesgué más de la cuenta y no debía hacerlo, como en Silverstone, aunque consiguiera salvar la situación y terminar cuarto. De todos modos, este año creo que ha sido muy bueno.
¿Qué es la presión para Marc Márquez?
Es difícil explicarlo, pero es algo que te crea inseguridad, momentos de dudas, te hace estar más tenso. Es algo que te desgasta tanto mental como físicamente, porque puedes terminar un fin de semana completamente muerto. Eso es porque toda esa tensión te consume energía y es importante saber gestionarlo. Tengo la gran suerte de contar con una gran familia, que es mi equipo, que me ayuda a desconectar en los ratos muertos, en las cenas, y me permite estar más descansado.
¿Qué sensación te queda tras ganar el mundial a falta de tres carreras en una temporada tan exigente?
Es una sensación extraña, porque no me lo esperaba. Imaginábamos llegar a Valencia con el objetivo de mantenernos vivos en el Mundial. Si le dices a alguien que no haya seguido el campeonato que he ganado con tres carreras de margen, pensará que ha sido fácil, pero no ha sido el caso.
Ha sido una temporada muy dura, con momentos en los que no me veía campeón. Pero hemos podido ir sumando mientras los rivales han cometido errores, que no vienen solos. Cuando un piloto impone un ritmo y presiona, es lo que hace también que otros tengan fallos”.
¿Cómo han influido los cambios de reglamento esta temporada?
Han sido claves aunque, a pesar del resultado final, me atrevería a decir que al principio de la temporada fueron un gran problema para nosotros, porque empezamos a remolque y desde la pretemporada nos costó mucho. Me reuní con Honda varias veces y les prometí que sería conservador y que me concentraría en sumar el máximo número de puntos posibles en las primeras carreras, pero ellos me tenían que ayudar en la segunda mitad de la temporada.
Les pedí que se notase cómo Honda es capaz de reaccionar ante los desafíos, porque estábamos muy lejos de nuestro mejor nivel. Poco a poco hemos ido llegando y eso nos ha permitido que la RC213V en las tres últimas carreras haya sido muy competitiva.
Después de las dificultades durante la pretemporada, ¿pensaste en algún momento que el título era imposible?
Es importante tener confianza y fe. Recuerdo que después del test de invierno, mucha gente en el paddock decía que ganar el título esta temporada sería casi imposible para nosotros, porque estábamos sufriendo más de lo esperado.
Me sentí muy motivado en aquel momento, porque creo que no hay nada imposible y siempre se tiene que seguir trabajando. Es cierto que era un momento difícil, pero yo contesté que Honda es Honda, una gran fábrica muy capaz de reaccionar, y mi equipo es... ¡mi equipo!.
¿Cuál ha sido el peor día?
En el test de Catar, casi al final del último día, aunque en el último momento dimos un primer paso. Una vez empezado el mundial, el momento más difícil seguramente fue el domingo del Gran Premio de Francia. Había conseguido ganar dos carreras (en Argentina y en Austin), pero en Jerez sufrí y con esa caída en Le Mans, Lorenzo me adelantó en el Mundial y venían las carreras de Mugello y Catalunya. Pensé “no será fácil…”, pero precisamente esas dos carreras nos ayudaron a creer un poco más que el título era posible.
En Motegi ganaste el título de 2014, tu hermano logró su primera victoria, ahora has ganado y has logrado otro mundial. ¿Qué tiene este circuito?
La verdad es que no lo sé, quizás son los cascos especiales que llevo aquí (risas), que me traen suerte, porque no es uno de los trazados que más me gusten, pero he vivido muy buenas experiencias y momentos inolvidables. No es de los que tenga más victorias, ni donde me encuentro más cómodo, pero seguramente es el circuito del mundial que me trae mejores recuerdos.
¿Qué carrera escogerías de todas las que has disputado tras nueve años en el mundial?
La que me ha quedado más grabada es la de Valencia de 2013, cuando me jugaba mi primer título de MotoGP, en casa, aunque hay otra que viví desde fuera y que es como si la hubiera corrido. La carrera de Valencia de 2014 de mi hermano Álex, cuando ganó el título. No sé cómo, pero la tengo grabada en el cerebro, todos los momentos y adelantamientos.
¿Cómo sería un domingo perfecto si no tuvieras Gran Premio?
Me gusta pasarlos en el sofá, ¡de verdad! (risas). Ver motos, del Campeonato de España, motocross, lo que sea, por la tarde un partido de fútbol, del Barça, por supuesto. Con tantos viajes alrededor del mundo, poder estar en el sofá a veces lo echas de menos y va muy bien para cargar baterías.
Vía | Repsol Media