KTM ya es una realidad dentro de MotoGP. La marca austriaca aterrizó en la categoría reina del motociclismo en 2017 y tan solo ha necesitado cuatro años para asentarse como una marca competitiva, capaz de ganar carreras y de que se formule la gran pregunta en torno a ella: ¿Pueden ganar el mundial de MotoGP?
De las seis marcas de MotoGP, KTM es la quinta que más motos vende a nivel mundial, solo por delante de Ducati, que tiene un modelo de negocio marcadamente distinto. Pero el ADN competitivo de KTM y una poderosa inyección económica de Red Bull les ha hecho ir arrasando en todos los campeonatos que han disputado hasta llegar a la última puerta: MotoGP.
MotoGP es la guinda del pastel tras arrasar en enduro, motocross y Dakar
La historia competitiva de KTM ha estado plagada de éxitos, tanto dentro como fuera del mundial de velocidad. En el enduro arrasaron entre 2003 y 2014, llevándose todos los títulos de la categoría reina salvo uno. En total han sido catorce entorchados desde que cayese el primero en 1993, con Fabio Farioli.
En los 500 cc del motocross también empezaron a triunfar en la década de los 90, concretamente en 1996, y desde entonces han ganado diez títulos, y eso sin contar el arrase que han hecho en las categorías pequeñas. De la mano de Jorge Prado, confían en recuperar el cetro e imponer una tiranía en MXGP a partir de 2021.
En el Dakar la historia se escribe sola. Desde el primer título de KTM, en 2001 y de la mano de Fabrizio Meoni, la marca se mantuvo invicta hasta 2019. 18 victorias consecutivas que Honda ha logrado frenar en las dos últimas ediciones, no sin pelea y sufrimiento. Los austriacos han dejado en nada todo lo que se había hecho antes en el Dakar.
Pero incluso en el mundial el historial de KTM ya cuenta con algunos éxitos. Se llevaron el título de Moto3 en 2012 con Sandro Cortese y repitieron la siguiente temporada con Maverick Viñales. Desde entonces, mantienen una pugna cerrada con Honda en la que se han llevado dos campeonatos más: el de Brad Binder y el de Albert Arenas el año pasado.
Aunque la competición siempre ha estado en el ADN de la marca, fue tras la muerte de su dueño, Erich Trunkenpolz, en 1989, cuando llegó el gran cambio. La compañía entró en quiebra y tuvo que ser rescatada en 1991 con una nueva filosofía, la de poner toda la carne en el asador para asaltar los grandes campeonatos del mundo.
2021 #MotoGP: Next Level! #KTM #ReadytoRace @BradBinder_41 @_moliveira88 @Petrux9 @LecuonaIker @Tech3Racing @redbullmotors pic.twitter.com/hp9whCtuzq
— KTM Factory Racing (@KTM_Racing) February 12, 2021
Ya dominan el enduro, el motocross y los rallyes. También han triunfado en las categorías pequeñas del mundial, pero ahora buscan la joya de la corona: dominar la velocidad. Para ello, ingresaron en MotoGP en la última carrera de la temporada 2016, y desde entonces no han hecho más que progresar, lenta pero constantemente, hasta que un día ya estaban aquí.
En su primera temporada completa en la categoría reina, 2017, ya superaron por cinco puntos a Aprilia en el mundial de marcas, y por más distancia aún en el de equipos. No es un dato baladí: la marca del Grupo Piaggio siempre ha sido la vara de medir para KTM, ya que entraron en MotoGP poco después que ellos. Estaban en el mismo ciclo.
Pero los han arrasado. En 2018 Pol Espargaró ya logró para KTM aquel primer podio bajo la lluvia de Valencia y volvieron a quedar por delante en el mundial, y para la temporada siguiendo KTM redobló su apuesta poniendo otras dos motos en pista, bajo el paraguas del Tech3. Se notaba qué marca tenía claro para qué estaba en MotoGP, además de recursos a su disposición. Y llegó 2020.
KTM ha perdido las concesiones y necesita que 2020 no haya sido un espejismo
El año más raro que se recuerda también dio lugar a una de las temporadas más extrañas de MotoGP. La lesión de Marc Márquez, el gran dominador, en la primera carrera puso patas arriba el mundial, removió todo el terreno y dio opciones a cualquiera que tuviese ganas y habilidad para aprovecharlas.
Ahí se coló KTM, que se llevó tres victorias, la primera con el equipo oficial y de la mano de Brad Binder, y las otras dos gracias a Miguel Oliveira con el Tech3. Pero además de esos momentos de brillantez, la constancia sin premio gordo de Espargaró le hizo meterse en el top cinco de la general y ser el segundo piloto con más podios, solo detrás del campeón, Joan Mir.
Tres victorias, ocho podios, tres poles y cinco vueltas rápidas. Ni el más optimista en Mattighofen hubiese aventurado este resultado para la temporada 2020. Los éxitos han convertido a KTM en uno más dentro de MotoGP, con los bueno pero también lo malo que eso acarrea: han volado las concesiones.
Por eso el 2021 va a ser tan importante en el futuro de KTM dentro de MotoGP. La ausencia de Márquez, la ventaja de las concesiones y un calendario tan atípico distorsionó la realidad de la temporada pasada, y ahora KTM se va a encontrar con que el listón está mucho más alto y sus recursos son menores. Difícilmente el campeón repita una media de doce puntos por carrera.
Para poner en contexto qué supone la pérdida de concesiones para KTM, repasemos rápidamente en qué consistían. Para empezar, se acabó eso de que Dani Pedrosa pudiese probar en cada circuito del mundial unos días antes de la disputa del Gran Premio. A partir de ahora, los test estarán limitados para KTM.
How do you like Danilo in orange? 🍊
— Tech3 Racing (@Tech3Racing) February 17, 2021
We‘ve got a best of gallery for you 📸 #KTM #Tech3 #MotoGP #Tech3KTMFactoryRacing #DP9 @MotoGP #TheNextLevel pic.twitter.com/rhwnt8Th7L
La marca austriaca tendrá que elegir tres circuitos del mundial y solo allí podrán rodar sus probadores (Pedrosa y Mika Kallio) en test privados. Se acabó también eso de que los titulares puedan probar la moto cuando les venga en gana. Además también le limita el número de neumáticos que podrán usar para esos test.
KTM tendrá que utilizar siete motores para toda la temporada, en lugar de los nueve de los que disponían hasta ahora, algo por lo que se ha permitido a la marca austriaca que se salten la congelación para hacerlos más duraderos. Además, no podrán evolucionar a lo largo de la temporada, incluso cuando se revierta la congelación.
Por último, como el resto de marcas salvo Aprilia, tendrán que homologar dos versiones de su carenado y solo podrán utilizar esas para toda la temporada. En definitiva, en 2020 KTM dio el gran salto, y han perdido demasiadas ventajas como para que todo eso fuese solo un espejismo. Tienen que redoblar la apuesta.
La KTM RC16 tuvo respuestas para todos los desafíos que plantea MotoGP
Para ello, ya han presentado su nueva arma, la KTM RC16 2021. Una moto continuista en la que el gran secreto sigue siendo el motor. Si han podido sacar algo de rendimiento mientras que legalmente lo hacían fiable es posible que nunca lo sepamos, pero lo que vimos en 2020 es que la KTM es la moto que mejor conjuga la potencia, el paso por curva y el cuidado de las gomas.
La apariencia es que la moto no ha sufrido grandes cambios, sino que incide en sus virtudes. Desde KTM ya han advertido de que Dani Pedrosa, que ya se está dando sus palizas de rodar en Jerez, está desarrollando la moto en una dirección que no es la idónea para su propio estilo, sino la que él cree que le vendrá mejor a sus pilotos.
Una moto más rígida longitudinalmente y menos en los laterales, ese ha sido el camino que ha marcado Pedrosa. La viga de acero en lugar de los tubos. Un chasis más convencional con el que KTM ha abandonado parcialmente su idea, pero a cambio ha comenzado a obtener resultados realmente importantes.
Ahora mismo hay tres factores cruciales en MotoGP: la velocidad punta, el paso por curva y el cuidado de los neumáticos. Si pensamos en las otras cinco marcas, a todas le encontramos alguna pega. La Yamaha y la Suzuki no corren, la Honda necesita (o necesitaba) malabares para entrar en curva, la Ducati devora las gomas y de la Aprilia mejor no hablar. Solo KTM saca nota en todo.
En realidad, tiene su lógica. Como Honda, Ducati y Aprilia, KTM también apuesta por un motor en V que por pura filosofía y rango de trabajo le va a dar más potencia que los propulsores en línea de Suzuki y Yamaha. Pero luego tienen al que se puede considerar como el piloto más fino de todos los tiempos encargándose de depurar el paso por curva día tras día.
Los nuevos neumáticos de Michelin, la gran clave del 2020, no fueron una rémora para KTM ni en velocidad ni en resistencia. Las motos austriacas aguantaban bien en los finales de carrera, sin llegar al nivel de brillantez de Suzuki, que basó en eso gran parte de su éxito, pero sin desplomarse. Y ahí el piloto también importa.
Brad Binder podría tener una explosión sophomore como las de Mir o Stoner
Y este es el punto clave. Da la sensación de que KTM lo tiene todo a punto para ser lícitos candidatos a pelear por el título, pero falta saber de qué son capaces los pilotos. Nadie espera gran cosa de los del Tech3. Iker Lecuona es joven y sin palmarés, solo le queda progresar, mientras que de Danilo Petrucci se esperan secretos de la Ducati y pescar resultados en agua.
La clave para colocar a KTM entre los aspirantes al título es saber de qué son capaces Brad Binder y Miguel Oliveira. Los dos ganadores de la marca en MotoGP, dos jóvenes 'made in KTM' que han vestido de naranja desde que dieron sus primeros pasos en el mundial. Fueron compañeros en Moto3, en Moto2 y lo serán en MotoGP.
El debut de Brad Binder en MotoGP fue impresionante. Luce mucho la victoria en Brno, la primera de la trayectoria de KTM y solo en la tercera carrera del sudafricano en la categoría, pero ya incluso antes de eso se habían visto destellos en Jerez. Binder es capaz de ir muy rápido si encuentra su flow.
En el debe, pecados de novato que no se pueden cometer. Si Binder solo consiguió un podio en 2020, su victoria, fue debido a que cometió errores de precipitación en carreras que tenía muy buen ritmo. No dejó que el resultado viniese a él, sino que se pasó de agresivo y lo pagó. Le pasó en las dos carreras de Jerez, pero también en Misano y Montmeló.
Además, debe pulir un poco su velocidad a una vuelta, un problema recurrente de Binder. Después de nueve años en el mundial (en agosto soplará 26 velas), solo ha salido siete veces desde la pole, y seis de ellas fueron el año que se proclamó campeón del mundo de Moto3. En MotoGP salir arriba es muy importante.
Lo bueno de Binder es su mentalidad trabajadora. Ni concede demasiada importancia a las derrotas ni se viene arriba en las victorias. Se vio en el podio de Brno, donde hasta se le veía incómodo, sin saber qué hacer. Su mente es fuerte, y eso le permitirá mejorar con el apoyo de la marca. Podríamos estar antes un caso Mir o Casey Stoner, una explosión fulgurante en el segundo año.
Al otro lado del box estará Miguel Oliveira, un piloto capaz de ir muy rápido los días que está inspirado. Sus dos años en MotoGP con el Tech3 han sido muy positivos. No solo por las dos victorias, sino por la constancia. Cuando puede ir rápido, Oliveira va como nadie, pero si no es capaz, asegura el resultado. Y eso vale mucho.
Valga con ver lo que pasó la temporada pasada. Se quedó fuera de los puntos en cuatro carreras: en Jerez, donde le tiró Binder, en el Red Bull Ring, donde le tiró Espargaró, en Barcelona, donde se cayó él solo, y en Aragón, donde simplemente no tuvo ritmo. Solo sin las dos que fueron causa ajena hubiese estado en el podio de la general.
La filosofía de KTM es clara: criar pilotos desde Moto3, o incluso desde la Red Bull Rookies Cup, y llevarlos de la mano a MotoGP. Que se empapen de la filosofía de la marca por el camino. Para eso están preparando ya a Raúl Fernández, que este año va a dar el salto a Moto2 tras demostrar ser el más rápido de Moto3.
La ventaja que les ha dado, y les va a seguir dando, a KTM contar con pilotos jóvenes es la adaptación a los neumáticos. El año pasado este fue un factor clave, y por eso brillaron pilotos sin experiencia como Mir, Franco Morbidelli, Álex Márquez o los propios Binder y Oliveira. No tienen vicios, y eso les permitió entender mejor los neumáticos.
Ganar el mundial en 2021 no es una obligación, pero sí una posibilidad legítima
Así que después de tantos datos y reflexiones toca responder a la gran pregunta: ¿Puede ganar KTM el mundial de MotoGP en 2021? La respuesta debe ser que sí. Por equipo, por estructura, por presupuesto y por pilotos, KTM está en el momento de su desarrollo en el que ganar el título no es una obligación, pero sí una posibilidad legítima.
Nadie saber con qué Marc Márquez nos vamos a encontrar ni cuándo llegará. Lógicamente, si en Losail ya corre el mismo Márquez se vimos en aquellas primeras vueltas del Gran Premio de España en Jerez, no solo será el gran favorito para el título, sino también para ganar todas las carreras. Pero que vuelva ese Márquez tan pronto parece improbable.
KTM tiene una moto que en 2020 demostró adaptarse muy bien a todos los retos que hoy en día propone MotoGP, y además han podido tocar un poquito del motor para sacar algo de fiabilidad y lo que surja. Han perdido las concesiones, sí, y ahora va a haber más circuitos diferentes que en 2020, pero la experiencia de Pedrosa juega a su favor.
Por último, KTM puede contar con la estabilidad y constancia de Oliveira, además de con sus días de inspiración, y sobre todo con el 'factor sophomore' de Binder. Ya hemos visto a pilotos como Joan Mir o Casey Stoner dar un salto brutal en su segunda temporada, en una marca "menor" y con las condiciones necesarias. Binder da el perfil, el resto lo escribirá la historia.
En Motorpasión Moto | Probamos el Yamaha NMAX 125: un scooter urbano para el carnet de coche que ahora arranca sin llave pero mantiene un precio ajustado | Tito Rabat y el eterno debate sobre el nivel de un piloto de MotoGP respecto a los de Superbikes