El asunto de los límites de pista en MotoGP se ha convertido en un tema recurrente desde hace unas temporadas. Los pianos ahora tienen un extra de asfalto pintado de verde con suficiente agarra como para que los pilotos se vean en la tentación de utilizarlo. El problema ha ido a más en los últimos años, hasta que se ha tenido que implantar la cibervigilancia.
Desde este 2021 los comisarios ya no son los encargados de revisar curva a curva y piloto a piloto los límites de la pista. Un trabajo demasiado laborioso que les podía distraer de otros incidentes que siguen sucediendo en el mundial. Ahora es un sensor de presión quien decide si un piloto se ha aprovechado o no de un trozo de pista que está, pero no se puede usar.
Pilotos como Viñales, Oliveira o Rossi no quieren la cibervigilancia, pero Mir la defiende
Antes de entrar en materia, expliquemos de qué estamos hablando con eso de "pisar el verde". No, no se trata de saltarse una curva. No es ir recta en una chicane, lo cual evidentemente acarrearía un castigo mayor. Hablamos de curvas que a la salida de su zona exterior, más allá del piano, tienen un poco de asfalto pintado de verde. Los pilotos lo aprovechan para poder dar gas antes.
Aprovechando ese verde ganan velocidad, y por lo tanto milésimas que al final de una vuelta son oro. ¿Qué sentido tiene que en un circuito haya tramos de asfalto que no se pueden utilizar? Cosas de los trazados modernos. La versión oficial alega motivos de seguridad, la extra oficial apunta a los económicos. En un circuito corren muchas categorías y evitar accidentes es vital para ciertos equipos.
Cuando el asunto de los límites de pista se puso de moda los comisarios no daban abasto para controlarlo todo. Por eso, han decidido acortar por el camino del medio: han colocado un sensor de presión a la salida de las curvas conflictivas. Es decir, ya no hay un árbitro humano, este tipo de circunstancias las dirime una máquina, y en Dirección de Carrera asienten.
El problema es que el sensor, que salta cuando detecta presión, puede llegar a activarse en situación en las que es evidente que el piloto no ha pisado fuera, pero ha creado un movimiento suficiente para que el sensor salte. Le pasó a Maverick Viñales en el Gran Premio de Portugal, durante la clasificación, y eso le arruinó el fin de semana.
"Me costó la oportunidad de estar en cabeza en Portimao. Es lo mismo para todos. Es difícil decir si se puede cambiar algo porque se aplica a todas las clases, no sólo a MotoGP", clamaba Viñales tras una carrera en la que cogió muy pocos puntos. Sus técnicos también estaban indignados en la parrilla, incluso antes de la carrera.
A Viñales y su equipo se ha sumado últimamente Miguel Oliveira, el piloto oficial de KTM, quien ha dicho que "no estoy de acuerdo con estos sensores. El sistema busca la dirección correcta para que funcione de forma fiable. El hecho es que nuestros neumáticos son muy anchos. Puedes activar el sensor sin sobrepasar los límites".
En la clasificación pisar fuera significa que automáticamente tu vuelta se borra de la tabla de tiempos, igual que en los entrenamientos libres. En carrera, pisar tres veces fuera supone una 'Long Lap Penalty', pero si pisas en la última vuelta pierdes una posición, aunque el que quede detrás esté a 20 segundos.
"El mejor ejemplo es Viñales. Cuando el neumático está caliente se vuelve un poco más ancho. Esto puede activar el sensor sin sobrepasar los límites. Tendremos que discutirlo en el futuro", concluía Oliveira tras la carrera de Jerez. En la misma línea, Valentino Rossi explicaba que "por cosas como las de Viñales tendremos que alejarnos de los límites".
Sin embargo, no todos los pilotos del mundial son contrarios al sensor de presión. El vigente campeón del mundo de MotoGP, Joan Mir, dice que "ahora es muy preciso, sólo hay que tener cuidado. No me quejo. Si estás un milímetro fuera, entonces estás fuera. Está claro. Lo prefiero, porque hay menos discusiones con Dirección de Carrera". La polémica está servida.
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