La proliferación de la cultura de la moto de autor y de los eventos de fin de semana que giran en torno a ella, van ganando cada vez más pegada. Ya hay mucho negocio con esto de sacarle el pringue a las tendencias. Cada año se generan y aparecen más festivales que ensalzan o celebran la pasión por la gasolina y las dos ruedas.
Postureo aparte, esto es maravilloso. En dichos eventos, se están extendiendo las carreras de corte sencillo y accesibles para todos los aficionados del tipo "corre con lo que tengas". Desde carreras urbanas, pasando por las sprint races (las típicas de aceleración en línea) hasta las de flat track, muy de moda. Todo debido a la facilidad con la que se organizan, la escapada perfecta para los moto clubs y los solitarios motorizados.
Adictos a la gasolina
Algunas de estas carreras llevan muchos años celebrándose. Ahora la cosa trasciende de otra forma. Proliferan normalmente bien desde los propios festivales (que empiezan a organizar las suyas propias) o como pequeñas competencias, o "campeonatos", que aprovechan la estructura que montan dichos eventos para organizar varias citas en diferentes fechas de festival en festival.
Cada vez las demandan más, ofrecen la posibilidad de disfrutar como animales, de competir entre amigos, pero sobre todo de hacerlo por poca pasta y fuera del control de cualquier federación, estructura u organismo. En realidad el mundo de la moto siempre fue así, diferente, cálido, cercano.
Abordamos un recorrido hipervisual por algunas de las más conocidas que se celebran por nuestras tierras y fuera de ellas, las hay para todos los gustos y de todo tipo, en tierra o asfalto, en carretera de montaña o circuito, de enduro o velocidad.
Carreras de festival por nuestra tierra
Por nuestra tierra las carreras de aficionados de este tipo más famosas y con más adeptos son las que se enmarcan dentro del festival Wheels & Waves, celebrado en Biarritz, este año en la segunda quincena de junio.
El festival, que poco a poco ha ido ganando fuerza para convertirse en uno de los más grandes y reputados de Europa, ordena dos carreras bien distintas en su programa mientras se celebra. El Rollo es una de ellas. Organizado por una empresa de eventos deportivos (Fly Group) ajena al motoclub que organiza el festival, se celebra como pistoletazo de salida del mismo durante su primer día.
Emplazados en el Hipódromo guipuzcoano de San Sebastián, los corredores inscritos hacen del ovalo de tierra su mejor divertimento al estilo más americano del flat track. Este año, su segunda edición, han contado con proyectos de transformación patrocinados por marcas oficiales, ¿qué mejor manera de publicidad hay? La mayor presencia de este año ha sido de Indian, que también era patrocinador oficial de todo el sarao.
La segunda carrera que se celebra es la Punks Peak, una prueba urbana celebrada en una carretera de montaña entre San Sebastián y su aeropuerto. Cuenta con cinco categorías distintas para dar cabida a cualquier aficionado que desee inscribirse. Este año, Katja Poensgen, la conocida piloto alemana participaba en la categoría reina de aceleración, en su particular viaje veraniego por este tipo de carreras sobre la Indian Scout Miracle Mike de Young Guns.
Una de las más graciosas dentro de la Punks Peak es la promovida por el transformador gallego El Solitario, con una carrera abierta a cualquier tipo de engendro de 50 cc llamada La Copita Superheroes.
Menos años en su historia lleva el Motorbeach, el festival asturiano que se celebra en la playa de La Espasa en Caravia, y que cada año crece con más música, vida de playa, surf y mucha moto transformada. En esta edición también se suman a este tipo de actividades con El Donut, también al más puro estilo yankee de flat track, con cuatro categorías: motos de 50 cc, 50 cc con marchas, clásicas de más de 25 años y otra abierta donde caben todas.
Lo cómodo del asturiano es que queda emplazado al lado del mismo festival. Mientras no hay carreras, los más pequeños tienen a su disposición monitores con todo tipo de actividades e incluso podrán disfrutar algo del ovalo de tierra. Al final todo queda en familia.
Por Europa y ahora, fuera de ella, en el Reino Unido
Fuera de España, abundan (aún más) los festivales y eventos moteros que cultivan desde hace años este tipo de carreras. En el Reino Unido por ejemplo se celebró a principios del mes de julio la tercera edición de la Malle Mile, otra reunión motera con sabor inglés que incorpora unas cuantas carreras destinadas a hacer las delicias de los aficionados.
Organizado en una especie de caserío dedicado a eventos llamado Kefington Hall, a escasos kilómetros del circuito de Brands Hatch, la hora del té se alterna con las carreras de aceleración sobre hierba en The Mile. También hay una carrera hill climb para motos con más capacidades offroad.
Las competiciones más graciosas y desenfadadas tienen su hueco con minimotos y las clásicas carreras de obstáculos a baja velocidad, además de ofrecer la actividad más inglesa que se puede hacer sobre una moto: el motopolo, donde dos equipos rivales cada uno con cinco miembros, juegan un partido de polo sobre sus motos.¿Se puede ser más british?
Seguimos en el Reino Unido, donde en 2012 surgió el Dirt Quake, un evento desenfadado e irreverente de fin de semana que organiza carreras para aficionados en distintas categorías, y que por supuesto, combinan con todo lo que suele ofrecer también un festival. Su máxima: correr con lo que tengas pasándolo bien.
Tan bien se lo pasan que en la mayoría de casos siempre hay pilotos disfrazados. No es la época, por eso del calor, pero correr vestido de pollo siempre tendrá su gracia. Ha tenido tanto éxito que además es televisado, y hoy cuenta con el patrocinio de marcas como Monster, Harley Davidson, Ford o Hedon.
El ultimo Dirt Quake se corrió a principios de este mismo mes de julio en la pista de arena del King's Lynn Stadium, en la costa este de Inglaterra. Allí incluso una leyenda como Carl Fogarty se hizo humana al caerse y fracturarse varios huesos y perforarse un pulmón.
Por otro lado, ahora en tierras alemanas y a principios de septiembre se celebra la más conocida de estas reuniones: la Glemseck 101, que este año celebrará su duodécima edición. Tres días de cultura de moto donde el plato fuerte son las carreras que se disputan en la antigua pista de Solitude, en Leonberg, muy cerca de Stuttgart.
Esta carrera de aceleración en el octavo de milla (200 metros), la Café Racer Sprint, tiene una lista de socios y patrocinadores oficiales inacabable. En ella figuran marca oficiales como Indian, Kawasaki, Suzuki, KTM, Honda, Royal Enfield, BMW, Triumph o Harley Davidson. La de preparadores y garajes cuenta con 25 nombres distintos este año.
Campeonatos, carreras a más de una cita
Los eventos de este corte (reuniones, festivales, muestras de motos) han crecido tanto y son tantos los garajes que no se pierden una de estas fiestas que hoy hay carreras que se programan a varias citas, bajo un nombre propio de campeonato y que hacen una especie de tour por dos, tres o cuatro de estos festivales.
Uno de ellos es el auspiciado por los italianos de Deus Ex Machina Milán con su Swank Rally. Un desafío amistoso de corte endurero a cuatro carreras (Milano Rumble, La Reunión, Wildays y Granfinale), cada una con identidad y naturaleza propia, pero bajo la misma filosofía de diversión en un ambiente relajado y agradable dirigido para toda la familia.
Algunas de estas citas están organizadas en exclusiva por Deus Milán y otras, como La Reunión, celebrada en el Autódromo de Monza, alberga dentro de su programa la segunda cita del rally de Deus y muchas otras carreras por categorías de otros organizadores.
A caballo entre Francia y Alemania se celebra en dos citas la competición Essenza. Otra carrera de aceleración en el octavo de milla donde compiten 16 motos en modalidad de eliminatorias. La primera de ellas, es la que se celebra en el Festival Café Racer de Montlhery en Francia. La segunda, se hará a principios de septiembre con motivo de la celebración de la mencionada Glemseck 101.
Está más dirigida a preparadores profesionales que al público general, y en ella también se valora desde el rendimiento de la moto hasta su diseño. En las de este año podemos ver alguna vieja conocida de nuestras páginas, el caso de la BMW R NineT Valvoline de Workhorse Speedshop o la BMW R1200R Eddie 21 de los suizos VTR Customs. ¡Se apuntan a un bombardeo!
Por último y para cerrar (aunque seguro hay alguna más) recogemos el Sultans of Sprint Champioship. Un campeonato de aceleración a cuatro pruebas que también aprovechan la organización de los diversos festivales. Dirigido a bicilíndricas de hasta 1.400 cc de preparación libre y en el que se permite, e incluso se agradece, el uso de sistemas de oxido nitroso, turbos o compresores.
El Sultans of Sprint también cerrará su temporada en la Glemseck 101 tras haber pasado en sus tres primeras citas por La Reunion, el Festival Cafe Racer de Monthléry y por el festival belga Bikers Classics, otra cita a la que todo aficionado debería acudir, y que se celebra en el circuito de Spa-Francorchamps.
El Biker Classics acoge en las mismas fechas la segunda de las cuatro citas del European Classic Series, el campeonato europeo de resistencia de clásicas, que si no te hace salivar a lo bestia con la cantidad de joyas que hay por ahí, es porque seguro estás muerto.
Fotos | Guillaume B. El Solitario MC, Sultans of Sprint, Wheels&Waves, Deus Ex Machina, Malle Mile, Glemseck 101