Wild thing...you make my heart sing...You make everything…Groovy…I said wild thing... La letra de la canción de The Troggs repicaba en mis oídos mientras me alejaba del concesionario Harley-Davidson Asturias a lomos de una Harley-Davidson VRSCDX Night Rod Special.
Era la primera Harley-Davidson que probaba, y disponía de todo un fin de semana para sentir ese espíritu genuino que sobresale por los cuatro costados. ¿Son tan especiales como dicen? ¿Realmente es otra forma de vivir la moto?
Negro sobre negro, sería como podríamos definir este modelo. A su lado, el espíritu de las carreras dragster del cuarto de milla se aprecia perfectamente. Asiento muy bajo y con un marcado respaldo, manillar muy adelantado y plano, anchísimo neumático trasero de 240 milímetros… sólo unas estriberas muy adelantadas te recuerdan que no estás intentando bajar de los ocho segundos.
Dos escapes emanan del precioso bicilíndrico V-Twin Revolution de 1250 cc con refrigeración líquida. Ligeros tonos plateados dan la nota de color al motor. Los escapes, disponen de salidas en acero pulido. No hay concesión a los cromados. Únicamente brillan las barras de la horquilla de 49 milímetros.
Sigo la mirada hacia abajo por la horquilla y mis ojos perciben el ribete rojo en las llantas. Toda una declaración de intenciones hacia su estilo de carreras, reafirmada con un neumático Dunlop 208 que abraza la rueda delantera de 19 pulgadas.
Pero, es hora de pasar a la acción. Me acomodo sobre el asiento y dejo caer mis manos sobre el manillar. Tengo que forzar un poco la postura hacia delante para llegar correctamente, y eso que mido casi un metro noventa. Posiciono alternativamente un pie y el otro sobre los estribos y pienso inmediatamente en la familia Teutul. Me parece que en los próximos días seré como Paul Sr pero sin los tatuajes.
Toca darle vida al motor, y aquí es cuando me llevo la primera sorpresa. La moto, al igual que el resto de los modelos de Harley-Davidson, no disponen de llave de contacto. Simplemente tienes un mando para llevar en el bolsillo que detecta la moto en cuanto esta se pone en vertical. Con una pequeña llave adosada, puedes bloquear la dirección y el conmutador de arranque, pero no es necesario circular con ella puesta en ningún sitio.
Si no tienes el mando, aprenderás como funciona el Smart Security System. La primera vez que la intentes colocar en posición vertical, emitirá una señal acústica acompañada de un parpadeo de intermitentes. La segunda vez que la levantes, lo volverá a hacer, y si a los diez segundos no la dejas tranquila, saltará la alarma para que todo el mundo miré para ti y tengas que salir por piernas.
Giramos el contacto, le damos al start y el motor cobra vida. Pero, ¿sigo sobre una Harley-Davidson? Porque el motor no vibra nada, ni un ápice. Si no es por el ronroneo al ralentí y la aguja manteniéndose a 800 vueltas, juraría que no la he arrancado.
Continuará…