El Vespino nunca ha pasado de moda. Pero ahora todo lo 'vintage', lo de antaño, está de moda. No es que haya vuelto; es que nunca se ha ido. Lo que pasa que sus precios desde hace un tiempo están por las nubes.
Comprarse un Vespino hoy en día es algo casi prohibitivo, al menos en comparación con su precio original. Uno en buen estado, con papeles y con la ITV en vigor puede llegar fácilmente a los 1.000 euros. En su día costaba 50.000 pesetas (300 euros).
1.800.000 de Vespinos vendidos
El Vespino fue la moto del pueblo. Mientras Italia tenía su Vespa, Francia su Motoécane AV 88 o Alemania su Zündapp, en España un joven ingeniero salmantino inventó el Vespino jugando una partida de mus con los colegas en un bar madrileño.
Los datos son una bestialidad: el Vespino vendió 1.800.000 unidades a razon de 20 modelos distintos. Hasta Telepizza tuvo uno. Pero cómo se iba a imaginar Vicente Carranza, su creador, que pegaría tal pelotazo un día mientras echaba una partida de cartas en un bar; inimaginable.
Hasta que se lo imaginó. Este salmantino que estudió ingeniería en Béjar tuvo que volar del nido un buen día. Madrid como destino, como para muchos. Para seguir adelante con su carrera profesional, se apuntó a un curso de automovilismo.
Donde mejor se hacen los contactos, en los bares. Que se lo digan a Carranza. En una época en la que los móviles no eran móviles, las relaciones sociales discurrían mayoritariamente en los bares. Casualidades de la vida que en aquella partida de mus estaba el mismísimo jefe de Producción de Moto Vespa.
Don Vicente Carranza, que por entonces no tenía nada de don, se hizo colega de aquel directivo. Tanto que acabó trabajando para Vespa en la oficina de proyectos. La 'suerte' de Vicente era que un día, un tío suyo, Juan Antonio, capitán del Cuerpo de Ingenieros, se le ocurrió el CEYC.
El CEYC era un vehículo de dos tiempos muy ligero cuyo propulsor encajaba en muchos aparatos: hasta en un cortacésped. Así que su sobrino llegó a aquella oficina de proyectos con la idea de meterle aquello a un ciclomotor. El Vespino. Y lo petó.
No lo iban a llamar CEYC porque básicamente Moto Vespa ya tenía precisamente la Vespa. Así que utilizaron la Vespa como punto de partida, y como era pequeñita, la apodaron Vespino. Y hasta hoy: "Queríamos un ciclomotor para el sector de mercado más amplio posible. Un medio de transporte económico que tuviera la máxima aceptación", dijo un buen día.
20 modelos después, la Vespino llegó a vender casi 2 millones de unidades hasta que desapareció del panorama en 2000. Hasta Telepizza tuvo una versión.
La moda del Vespino a 1.000 euros
Nunca han llegado a pasar de moda. De hecho, una vuelta por cualquier pueblo español sacará a relucir cientos de Vespinos guardados en trasteros, eso si no están en marcha por alguna carretera secundaria disfrutando de una soleada tarde.
El problema es que encontrar uno en buen estado de revista, que cumpla con la ley para poder circular (papeles, seguro e ITV) y que no esté a precio de oro es casi imposible de encontrar. Y cuanto más viejo, más caro. Es el precio de la añoranza y lo clásico.
Desde un F9 a 1.200 euros hasta el mítico SC a más de 1.500. Son relativamente asequibles, pero recordemos que es un invento de hace casi seis décadas que en su día costaba 300 euros. Un ciclomotor nuevo vale justamente eso, preparado para entrar a las ZBE. Pero jamás tendrá el mismo estilo.
La pena es que Piaggio no se haya planteado revivirlo en una época en la que las ciudades cada vez tienen más restricciones y la movilidad barata como los ciclomotores cobra vida. Lo dicen los datos. Jamás se han escuchado rumores por parte de la marca, pero sí sucedáneos de otras marcas como aquella idea de Honda.
Imágenes | Piaggio, Moto Vespa