Si esto fuese cine, aquí se rompería la cuarta pared. El redactor al que lleváis mucho, poco o nada de tiempo leyendo escribir sobre MotoGP, Superbikes y cualquier otra cosa que tenga que ver con las motos (o con los coches en Motorpasión) va a saltar al otro lado de la pantalla para contarte que ha escrito un libro. Y, en cierto modo, va sobre ti.
'Cuidado con lo que haces en Internet' es mi primera novela, aunque todavía me suena raro escribir eso. El protagonista se llama León Barbaño, y es un calvo extremeño que cubre carreras de MotoGP y Fórmula 1 desde el sofá de su casa. Oh wait... ¡se parece mucho a mí! ¿Seré un egocéntrico? Pues igual sí, pero eres tú el que me ha llevado a escribirla.
'Cuidado con lo que haces en Internet' es una guía de periodismo digital con motos, sangre y disparos
Sí, León Barbaño es un trasunto de Roberto Rodríguez, o, mejor dicho, de Roberto Montijo, como se me conoce en redes sociales. Pero no es eso lo importante. 'Cuidado con lo que haces en Internet' tiene dos misiones: por un lado, que el lector entienda este nuevo periodismo digital. Por el otro, que el comentarista de turno recuerde que al otro lado hay una persona.
Cuidado con lo que haces en internet
Tranquilo, el libro no es una regañina. Al contrario, trata de dar argumentos al lector para acercarse un poco al contexto de una redacción digital y al reciente mundo de la comunicación online que es nuevo para todos, también para los que la hacemos. Es una llamada a la calma, a dar un paso atrás, respirar, reflexionar y después, ya si eso, opinar.
Escribí 'Cuidado con lo que haces en Internet' porque estaba cansado. Cansado de comentaristas que solo leen las negritas y te atacan porque creen que has escrito algo que no has escrito, cansado de los insultos y los aires de superioridad, cansado de los que no conocen significado del concepto 'clickbait' y creen que toda mala praxis periodística lo es.
Los comienzos siempre son difíciles, y en un libro aún más. Ahí está esa temida hoja de Word en blanco esperando a que escribas algo brillante. Siempre me pareció un cliché, pero no puede ser más real. Lo único que tenía claro es que por trayectoria yo no era quién para hacer un manual. Debía ser una historia ficcionada. Una novela, aunque fuese corta.
Escribir sobre uno mismo es más difícil de lo que pueda parecer. Lo bueno es que no hay que documentarse demasiado, pero se necesita un fino equilibrio entre qué se puede contar y qué callarse para poder seguir trabajando con garantías. Sí, en 'Cuidado con lo que haces en Internet' hay nombres cambiados de personas reales. Y algunos son públicos y notorios.
Huelga decir que no todo lo que le sucede a León le ha ocurrido a Roberto. Es una mescolanza de vivencias propias, ajenas, adornadas e inventadas que, reconozco, han sido muy divertidas de recordar y recopilar. Si no fuese porque 'Cuidado con lo que haces en Internet' ya es bastante largo, podría tener la coletilla de 'vivencias de un periodista digital'.
¿Hay motos en 'Cuidado con lo que haces en Internet'? Sí, muchas. Una de las tramas principales, que vertebra la historia, arroja luz sobre cómo es el fichaje de un piloto de MotoGP por otra marca visto por un periodista. Las infinitas maniobras que hay detrás de la publicación de una simple noticia que parece, y a veces está, escrita en cinco minutos.
Pero lo que más hay en la novela es contexto. Una explicación de cómo sobrevive a su trabajo un periodista digital y hasta que punto puede afectar un comentario malintencionado que, a menudo, tan solo ha sido publicado para desahogar la frustración. Un mundo en el que la moneda de pago es el odio. ¿Puede salir algo bueno de ahí?
Hace 20 años, cuando servidor tan solo era un niño, prácticamente todo hijo de vecino pagaba una suscripción de 30 euros al mes por recibir noticias con un día de desfase. Algunos doblaban a 60 euros complementando el generalista con el deportivo, o viceversa. Hoy, en 2023, pagar 5 euros al año por información nos parece abusivo.
Este cambio de paradigma ha revolucionado por completo la relación del ciudadano con los medios de comunicación. Porque "gratis" solo significa que paga otro. Y, rascando muy en el fondo, de eso es de lo que realmente va 'Cuidado con lo que haces en Internet', aunque haya tiros y navajazos por el medio, que así las cosas siempre lucen más.