Los olores son muy subjetivos, hay gente a quien un pestazo nauseabundo le puede parecer de lo más apetecible y otros a quienes un delicioso y sutil olor a fruta recién cortada le genere arcadas incontrolables. Lo que tenemos en este vídeo es encuadrable en el primero de los casos seguramente.
Podemos ver cómo desde el interior de un Toyota gris que circula por autovía ha obligado a su pasajero a sentarse en el asiento trasero y sacar los pies fuera para poder emprender el viaje sin perder el conocimiento. Esa acción produce un rastro sobre el asfalto que nuestro cabezabuque rastreador lleva siguiedo durante un rato a lomos de su BMW S 1000 R, y cuando lo encuentra... pues... parece que quiere coger un trozo de su hallazgo.
Obviamente, estaba de broma. Ni está bien llevar los pies fuera del coche para que se te aireen ni tampoco es correcto ir a agarrarle una extremidad al pasajero de un coche soltando una mano del manillar sólo por hacer la gracia delante de la cámara.
El motorista, aunque sólo sea un momento, circula a muy poca distancia del coche, siendo presa fácil en caso de que el conductor se asustase y diera un volantazo o si una corriente de aire lateral le zarandease.